BMW revisará 1,6 millones de vehículos diésel de todo el mundo debido a posibles problemas con el refrigerante que podrían provocar un incendio. Los coches afectados fueron producidos entre agosto de 2010 y agosto de 2017 y podrían experimentar un escape de este líquido.
Con esta campaña, BMW comprobará el funcionamiento de la válvula EGR, que sirve para recircular parte de los gases que salen por el escape para reducir las emisiones de NOx. La empresa alemana se pondrá en contacto con los propietarios de los vehículos involucrados y, en caso de que los componentes estén defectuosos, serán reemplazados.
Esto no es ninguna novedad, ya que el grupo germano ya tuvo que revisar unos 480.000 coches el pasado mes de agosto por el mismo motivo.
Por otro lado, el pasado mes BMW rebajó sus previsiones de beneficios antes de impuestos, de facturación y de margen de rentabilidad operativa debido a la nueva homologación de emisiones y consumos WLTP y las tensiones arancelarias entre Estados Unidos y China.