Alfonso Jiménez Rodríguez-Villa y Francisco Iglesias, responsables de la empresa Cascajares, de Palencia, decidieron hace una década expandir su negocio de capones por el mundo y montaron una ‘sucursal’ en Quebec, Canadá
En esta década, han logrado que sus pavos precocinados se sirvan en 48 millones de hogares en Acción de Gracias, la celebración más familiar en Estados Unidos, tradición heredada de los primeros colonos.
Alfonso Jiménez Rodríguez-Villa explicó al sumplento Alimente de El Confidencial que cuando comenzó la crisis se lanzaron a la piscina con la inversión en el extranjero a partir de un encuentro con el chef del momento en Washington, el también español José Andrés, que triunfaba con su restaurante Jaleo.
Los empresarios palentinos ya habían triunfado en nuestro país gracias al capón. Ellos lograron que se sirviera este manjar en el banquete de los reyes Felipe VI y Letizia. Esto le dio alas. De hecho, aseguran en el reportaje de El Confidencia que fue un éxito rotundo. «Pasamos de facturar un millón de euros y tener dos empleados a 6 millones y 38».
Con ese impulso económico, el contacto con el cocinero José Andrés y las facilidades que ofrecía el Gobierno canadiense para instalarse en Quebec, comenzaron a cocinar el pavo de Acción de Gracias con la receta de unos de los cocineros de moda en Estados Unidos. Esta riquísimo y sólo hay que sacarlo de la caja y calentarlo. «Hay gente que lo prueba desde luego. Hemos sido la primera empresa europea en comercializarlo».