La Alianza UPA-COAG se ha dirigido a la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, solicitando una reunión para analizar las repercusiones que el veto ruso a las importaciones agroalimentarias provenientes de estados miembros de la Unión Europea puede acarrear para la agricultura y la ganadería de Castilla y León.
Si bien por su carácter altamente perecedero y por encontrarnos en plena campaña de recolección todas las miradas se han dirigido hacia los sectores de frutas y hortalizas como los mayores perjudicados, a juicio de la Alianza UPA-COAG éstos sólo serían “los primeros” sectores fectados, pero en absoluto los únicos, ya que de prolongarse este veto las repercusiones para los productos de la agricultura de tipo continental, la que tenemos en Castilla y León, «serán igualmente nefastas, pues todas las producciones de lácteos, patatas, azúcar o carne de vacuno que países como Holanda, Francia, Alemania, etc. no van a vender en Rusia se redirigirán bien al mercado interno de la UE o bien a terceros mercados en el que ahora también vendemos nosotros, provocando una sobreoferta y, por consiguiente, el desplome de los precios«.
En este punto, desde UPA-COAG lamenta «la falta de visión política de nuestro gobierno al no anticiparse a las previsibles represalias económicas por el conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia, convirtiendo en paganos de una crisis que les es totalmente ajena a los sectores más vulnerables, como el agrario».