Un miércoles más los trabajadores del CAMP, la Residencia San Juan de Sahagun de Salamanca y el CAMPyCO de Bejar, han expresado ante las puertas de sus respectivos centros su «total repulsa por la gestión de los Servicios Sociales en nuestra provincia».
Los trrabajadores, que llevan más de tres meses protestando, aseguran que » el abandono al que se están sometiendo los centros de esta gerencia hacen cada vez más difícil unos servicios sociales de calidad».
Afirman que «el material escasea, los edificios no se arreglan o se hace tarde, las jubilaciones del personal no se cubren, las bajas tampoco, ni siquiera las maternales. Se derivan ancianos a residencias privadas habiendo plazas en las públicas. ¿ Por qué ese interés en pasar de la calidad que se ofrece en los centros públicos, al beneficio que obtienen los privados?», se preguntan.
Indican que «si la gestión de la gerencia es nefasta, la organización de los centros raya ya el despotismo. Las trabas que desde hace meses ponen a los trabajadores hacen que el día a día de estos y sus familias sea un calvario en muchos casos», explican.
Conciliación laboral
Recuerdan que tanto la Consejería de Familia e Igualdad como la Gerencia salmantina de ella dependiente, en sus múltiples publicaciones, «nos hablan de conciliación de la vida familiar y laboral, instando a los empresarios a que busquen los medios posibles para que los trabajadores puedan compaginar los dos ámbitos de su vida, el laboral y el familiar. ¿Por qué ellos no lo hacen ? Durante más de 25 años los trabajadores de estos centros hemos podido compaginar vida familiar y laboras con los cambios de turno entre compañeros. Ahora también nos lo prohíben. Como ellos mismos reconocen en sus publicaciones, la conciliación de la vida familiar con la vida laboral es una necesidad fundamental…la cuestión es cómo lograrlo. Pues nosotros con los cambios de turno lo habíamos logrado», aseguran.
El ejemplo
Ahora no les permiten hacerlo y por eso reclaman «unos gestores que gestionen, que den ejemplo, que empiecen a aplicar sus propias recomendaciones en sus centros, que se preocupen por las personas dependientes y los trabajadores que todos los días del año, mañana tarde y noche, trabajan con y para estas personas».
Reiteran que van a seguir manifestando su desacuerdo con todas estas decisiones «absolutistas y sin sentido, porque queremos unos servicios sociales de calidad».