Salamanca homenajea a Unamuno en el 82 aniversario de su muerte

Este lunes se ha desarrollado el tradicional homenaje a Unamuno, coincidiendo con el aniversario de su fallecimiento.

En esta ocasión 82 años desde su desaparición y, como suele ser habitual, la Asociación Salamanca Memoria y Justicia organizó un sencillo acto ante su nicho, en el cementerio de la ciudad del Tormes.

Intervinieron, entre otros, Luis Calvo Rengel, presidente de honor de la asociación, y el periodista Ignacio Francia.

Calvo Rengel dijo de Unamuno que «fue un amigo, fue muy importante para muchos españoles».

Se refirió a los asistentes al acto como «los mejores, los que somos fieles a su memoria.Ha sido un personaje que dejó huella. Que el año que viene estemos otra vez aquí», pidió.

Nacho Francia. recordó «cómo cambió Salamanca después de la Guerra Civil. Las balas se llevaron a periodistas y alcaldes,…La limpieza de las calles de determinadas personas era grande. Venían otros que tenían ligero el gatillo. Unamuno se convirtió en un prisionero más cuando lo echaron de la sociedad de Salamanca. Había desaparecido de la calle y  murió convencido de que España debía salvarse».

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Pablo Unamuno, médico y nieto del escritor y exrector de la Usal, agradeció el acto y señaló que «cada año viene mucha más gente. Este año hemos venido un nieto y dos biznietos», dijo.

También acudieron los tres al acto institucional que organiza el Ayuntamiento en Bordadores, que este año sirvió para que familiares de Tina Martín y Pepita Mena, las dos concejalas del Ayuntamiento de Salamanca fallecidas durante el presente mandato, acompañaran al alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, en la ofrenda floral que se realizó a los pies de la estatua que recuerda al pensador en la calle Bordadores, lugar donde vivió y falleció, coincidiendo con el 82 aniversario de su muerte.

En el transcurso del acto, el alcalde de Salamanca y los familiares de las dos ediles depositaron una corona de laurel sobre la base de la escultura de Unamuno, obra de Pablo Serrano inaugurada en el año 1968.

El homenaje estuvo amenizado por la Banda Municipal de Música de Salamanca, la soprano Amparo Mateos y acompañado de una dramatización con textos y poemas de Francisco Blanco Prieto bajo la dirección de Luis Gutiérrez Barrio.