Julen, el niño de dos años que murió en el pozo de sondeo de unas tierras de Totalán (Málaga), sufrió una caída libre de 71 metros hasta que se topó con el suelo.
Fue una caída rápida, según dijo el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez.
Eso significa que ya se habían rellenado de arena y escombros los 40 metros restantes del pozo, que originariamente tenía 110 metros de profundidad.
Además, el pequeño también tenía tierra sobre su cuerpo, el ya conocido tapón, con lo que se confirma que le cayó ese material tras precipitarse al vacío dentro del pozo. Un hipótesis es que esa arena procediera del material arrastrado por el niño en su caída, pero está por confirmar, por lo que no se descartan otras hipótesis.
El aire que había era el que quedar entre sus pies y su cabeza, eso en caso de que no se demuestre que también estaba ocupado por tierra.
A falta de conocer los resultados de la autopsia, lo más probable es que Julen muriera en la caída.
Ahora falta por determinar por qué estaba abierto el pozo, por qué estaba parcialmente rellenado y por qué le cayó material a Julen suficiente para sepultarlo en el pozo.
1 comentario en «Julen sufrió una caída libre de 71 metros»
Yo veo que estaban tapando el pozo y el niño cayó por accidente y nadie se dio cuenta y echaron mas tierra en el pozo, porque si el tapon es de 1 metro mas o menos, son 1 o 2 carros de tierra y con una caida de 70 metros queda compactado. Lo que no comprendo es la bolsa de gusanitos encima del tapon