La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que la muerte de Julen se debió a un homicidio por imprudencia, según dijo este martes el director general de la Benemérita, Félix Azón.
«Estamos pensando en que no puede ser otra cosa. Soy juez, pero ya no ejerzo como tal”, dijo.
Un homicidio imprudente puede ser castigado con penas de hasta cuatro años de prisión. Los principales candidatos a asumir responsabilidades son el dueño de la finca donde se produjo el accidente, familiar del niño, y el pocero encargado de la obra.
Sobre el tapón de tierra que tapaba al niño dentro del pozo, se cree que el material podía proceder de las obras que se habían hecho junto al pozo (una especie de zanja por la que accedió el niño al pozo) o pudo ser arrastrado por el pequeño en su caída tras quedar desprendido en el interior del pozo por efecto de las lluvias.
La Benemérita está a puto de cerrar la investigación a expensas de lo que diga el juez encargado del caso.