El exconcejal de Llanes (Asturias), Javier Ardines, no tenía forma de salir con vida de su asesinato por encargo.
Los dos argelinos contratados para cometer el crimen colocaron las vallas en la carretera para que la víctima tuviera que bajar del coche camino de su casa.
Una vez fuera, salieron a su paso, lo rociaron con gas pimienta para cegarlo y que no pudiera defenderse, y aprovecharon ese momento de confusión para golpearlo brutalmente en la cabeza y luego asfixiarlo.
Los autores materiales del crimen percibieron 25.000 euros que se repartieron a partes iguales, según ha desvelado el diario asturiano El Comercio.
Uno de ellos declaró ante la Guardia Civil que recibieron el encargo de darle un susto y hacerle daño, pero no de matarlo. Relató que primero le dieron en la cabeza con un bate de béisbol y quedó malherido en el suelo. Que él regresó al coche y el otro se quedó junto a la víctima. Entonces escuchó otro fuerte golpe y regresó su compinche. Viajaron a Bilbao y cobraron el dinero.
Y todo por los presuntos celos del inductor, Pedro N., de 48 años, cuya mujer es prima de la de Ardines y de la que sospechaba que tenía un idilio con el exconcejal de Llanes.
El autor del encargo contactó con un amigo suyo, ahora también detenido, que fue quien buscó en el mundo del hampa a los dos argelinos para que cometieran el asesinato por encargo.