[dropcap]H[/dropcap]eredó el negocio de mis padres, el Mesón Don Pepe, pero lo ha hecho suyo, incluso en el nombre: Doña Pepa. «No entendí porque le pusieron ese nombre, porque mi padre se llama Manuel . Es una forma de seguir la tradición. Me ha dicho mi padre que me olvide de que me llamen Leticia, ahora seré Pepa», explica entre risas Leticia Martín Sánchez, responsable del mesón Doña Pepa, ubicado en la plaza del Corrillo.
Doña Pepa cuenta con grandes profesionales que ofrecen un trato cercano y profesional. Es un negocio familiar, donde la cocina tradicional manda. Es una taberna, «como las de antes, con un toque de modernidad».
La comida es casera. «Innovamos con pinchos caseros. No somos un restaurante pijo, ni de pitiminí. Somos el mesón de toda la vida adaptado a los tiempos que vivimos a la hora de emplatar y presentar los platos. Queremos que cuando el cliente pide un plato de la carta, sepa lo que se va a comer, sin más».
Es una cocina con raíces
Continuamos con las recetas que elaboraba mi madre. Seguimos ofreciendo cocido, lentejas, paella,… Tenemos los mismos platos mejorados a la hora de presentarlos. La cocina tradicional para nosotros es nuestra base.
¿Qué supone ponerse al frente del negocio?
Es un reto personal. Es un mundo muy difícil, hay mucha competencia. Ahora ya no se gana dinero. Estamos todavía en crisis, aunque digan no. Hay que tener mucho cuidado con la inversión, porque lo puedes perder todo, pero voy a trabajar con mucho empeño para que todo salga bien. Me gusta mucho la hostelería, me gusta mucho el contacto con el público… No sabría hacer otra cosa ahora mismo.
¿Qué tiene de especial atender al público?
Tienes que tener mucha paciencia. Somos como psicólogos. Vienen a tomarse una caña y te cuentan toda su vida. Tiene mucho de bueno. Los clientes atentos son muchísimos más que los groseros.
¿Qué te empuja por las mañanas?
Abrir el bar todos los días y ver que vienen clientes nuevos me alegra mucho y me dan mucha fuerza para seguir.
Si te digo: ‘Cualquier persona puede ser camarero’. ¿Qué opinas?
Que no es cierto. No todo el mundo vale para ser médico, profesor, periodista,… Pues camarero, tampoco. Esto te tiene que gustar, porque tienes que hablarle bien al cliente, ofrecerle una sonrisa. Aquí no hay malas caras o contestaciones fuera de lugar. Los problemas los dejamos en casa. Aquí venimos a trabajar, porque si tú estás decaído, el cliente lo está; si le hablas mal, te contestará mal. Ganar un cliente cuesta mucho y perderlo, un segundo,. Por eso, no todo el mundo puede estar detrás de una barra. Tienes que nacer con un don especial y con mucha paciencia.
¿Por qué?
Porque hay mucho estrés y tensión en la sociedad actual.
¿Qué horario tiene la cocina?
A las 8.30 horas abrimos cocina y no la cerramos hasta las 23.30 horas. Somos el único restaurante de la Plaza del Corrillo que no cerramos cocina.
- Desayunos: .30 a 12.00 horas.
- Comidas de 12.00 a 16.30 horas.
- Merienda de 16.30 a 20.00 horas.
- Las cenas de 20.00 a 23.30 horas.