Las barcas han regresado de nuevo al embarcadero del río Tormes.
El primer fin de semana de la primavera, que comenzó con un día espléndido, ha servido de reclamo para ofrecer ya el servicio que da vida al río con la llegada del buen tiempo.
Los usuarios, además de disfrutar de la panorámica de postal que ofrece la ciudad, tendrán surte si no dan con los pedales en el fondo, y si cruzan el puente, necesitarán más que suerte para no enredarse entre la maleza.