Un tránsfuga para derribar a otro tránsfuga

(I a D) Jesús Manuel Sánchez Cabrera y el nuevo presidente de la Diputación, Carlos Gacía. (Foto: Ical)

Igual que la mancha de mora de la copla, nada mejor que un tránsfuga para acabar con otro tránsfuga. Eso es lo sucedió ayer en la Diputación de Ávila, donde, conforme a lo previsto, salió adelante la moción de censura presentada por el grupo popular contra el hasta ahora presidente, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, quien recientemente abandonó el PP para incorporarse a un nuevo partido, “Por Ávila”, promovido por él mismo y con el que concurrirá como candidato a la alcaldía de la capital abulense.

La moción salió adelante gracias al voto del diputado provincial de la UPyD, Carlos Moral, quien se sumó la iniciativa del PP sin contar con su propio partido, lo cual le sitúa claramente en la órbita del trasfuguismo. El resultado es que desde ayer el nuevo titular de la Diputación abulense es el hasta ahora vicepresidente Carlos García, a la sazón presidente provincial del PP.

García logra así antes de lo previsto encaramarse a la presidencia de la Diputación, que era su objetivo personal cuando en diciembre estaba de acuerdo con Sánchez Cabrera para que este fuera el candidato del PP a la alcaldía de Ávila. Tú te vas al ayuntamiento y a mi me dejas la Diputación, era el pacto entre ambos ilustres. Con lo que no contaba García, alma de cántaro, era con que los verdaderos capos provinciales del partido tenían pendiente ajustar cuentas con Sánchez Cabrera, al que no habían perdonado el golpe de mano por el que se hizo en 2015 con la presidencia de la Diputación dejando colgado de la brocha al candidato oficial del partido, que no era otro que el entonces secretario provincial.

Antolín Sanz, el presidente provincial burlado por aquel golpe de mano, despareció de escena en el siguiente congreso del PP de Ávila, pero no así los influyentes senadores Miguel Ángel García Nieto y Sebastián González, este último nada menos que el tesorero al que Pablo Casado ha confiado las finanzas del partido. González, que antes fue presidente de la Diputación y de Caja Ávila, así como diputado del Congreso, no es nuevo en Génova, ya que fue secretario nacional de Organización bajo las órdenes de Ángel Acebes.

El actual tesorero y ahora de nuevo candidato al Senado fue el que convenció a Casado para que abortara la candidatura de Sánchez Cabrera a la alcaldía, cosa que el presidente nacional realizó designando mediante un fulminante “dedazo” a Sonsoles Sánchez Reyes sin contar para nada con la dirección provincial del partido. Después se ha sabido que la primera opción barajada por Casado para la alcaldía abulense fue la del general de División Antonio Budiño, quien después ha acabado siendo el cabeza de la lista al Congreso de los Diputados presentada por Vox en la provincia de Pontevedra.

Y desde luego en lo que no se le puede discutir autoridad a Sebastián González es precisamente en materia de transfuguismo, ya que en abril de 1993 accedió a la presidencia de la Diputación a través de una moción de censura apoyada por un trásfuga del CDS, Benigno Rollán, que desalojó del cargo al hasta entonces presidente, el centrista Alfredo Barranco. A Noé le van a hablar de inundaciones…

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