Los disputados 13 escaños del Congreso en juego en Castilla y León

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, visita el Instituto Nacional de Ciberseguridad en León. (Ical)

No recuerda “El topillo” un despliegue de los dos primeros espadas de la política nacional como el que se ha producido en Castilla y León en esta precampaña electoral. Hoy mismo Pedro Sánchez alterna su agenda institucional con la del partido para visitar León y Palencia. A León acude a media mañana para visitar en calidad de presidente del Gobierno el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), una de las promesas cumplidas por su antecesor socialista en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero. La visita va a ser bastante exprés, ya que antes de salir pitando para Palencia, donde le esperaban a la hora del aperitivo, ha intercalado una entrevista con la agencia Ical.

En Palencia la incursión es puramente electoral, hasta el punto de incluir la manida visita a la plaza de Abastos en compañía de su protegida María Luz Martínez Seijo y demás candidatos palentinos del PSOE. Y tras el almuerzo, vuelta a León, donde protagoniza un acto público taloneado por los candidatos leoneses a las generales y por el candidato a la presidencia de la Junta y secretario autonómico, Luis Tudanca.

La doble visita de hoy se suma a las realizadas por Sánchez en las últimas semanas a Burgos, Salamanca, Ávila, Zamora, Segovia y Valladolid, de forma que solo ha quedado fuera de su agenda de precampaña Soria, que ya se sabe que siempre pilla a trasmano y donde, al elegirse tan solo dos diputados, está el pescado del Congreso vendido (no así, ojo, el del Senado).

Salvo que los “trackings” (sondeos) diarios que maneja el PSOE aconsejen alguna visita urgente para apuntalar el voto socialista en alguna provincia, Sánchez no aparecerá por Castilla y León durante la campaña. En su lugar, aparte de la ministra de Defensa y cabeza de lista por Ávila, Margarita Robles, desfilará por aquí medo Consejo de Ministros, con las titulares de Industria, la vallisoletana Reyes Maroto, y Sanidad, María Luisa Carcedo, a la cabeza. El PSOE no va a dejar pasar por alto el cabreo social provocado desastrosa gestión sanitaria del gobierno zombi de Juan Vicente Herrera.

Por su parte, Pablo Casado no le ha ido a la zaga a Pedro Sánchez en cuanto a presencia en Castilla y León a lo largo de esta precampaña. Desde aquel accidentado día del Gordo de Navidad, en el que presentó a los “alcaldables” del PP a las nueve capitales de provincia, le ha dado tiempo, no solo de limar asperezas, sino casi hasta de hacerse amigo del presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco. Ha estado presente en las nueve provincias y en alguna de ellas más de una vez. Se desconoce si durante la campaña propiamente dicha realizará alguna otra incursión, si bien no hay que descartarlo en función de los dichosos “trackings” antes mencionados.

Rivera, perseguido por el “pucherazo”.- Sucede que con cinco fuerzas a priori con posibilidades de entrar en el reparto, 13 de los 31 escaños del Congreso elegidos por Castilla y León no tienen dueño seguro A priori, el PP y el PSOE solo tienen garantizado uno por cada provincia y son los únicos con posibilidades de obtener el segundo en varias de ellas. Pero cualquiera de esos 13 escaños puede caer del lado de Ciudadanos, Vox o Podemos por un margen muy pequeño de votos. De ahí el despliegue de Casado y Sánchez por estos lares durante la precampaña electoral.

Y de ahí también que sorprenda la práctica ausencia de Albert Rivera, quien debe de estar hasta mas allá del gorro de qué le pregunten por el “pucherazo” de las primarias autonómicas, con lo fácil que tendría zanjar el asunto desvelando la identidad de sus autores, a los que inexplicablemente sigue prestándoles la protección del anonimato. Aunque seguramente no lo hará de la mejor gana, se supone que Rivera no tendrá más remedido que aparecer por Castilla y León en apoyo de sus candidatos al Congreso y al Senado, que, salvo muy contadas excepciones, son por cierto manifiestamente mejorables.

Como se supone también que Pablo Iglesias y la diezmada constelación estelar de su partido echaran una mano a sus candidatos en Castilla y León, que no tienen nada fácil conservar los tres escaños obtenidos en 2015 y 2016, especialmente el de la provincia de Burgos, donde tiene todas las trazas que la nueva candidata en el pecado de su ambición va a llevar la penitencia.

En cuanto a Vox, que va completamente a su bola, la noticia es que hoy va a celebrar su primer acto publico de fuste (y sin fuste) en lo que va de precampaña en Castilla y León: La presumible candidata a la alcaldía de Madrid, Rocío Monasterio, y el gurú económico del partido, Iván Espinosa de los Monteros, están anunciados esta tarde en el Lienzo Norte de Ávila. Ahí hará su presentación ante la sociedad abulense la cunera Georgina Trías, políglota y experta en “inteligencia emocional” que, al dirigir una empresa “cazatalentos”, a buen seguro se va a ver deslumbrada cuando conozca las capacidades de su gran rival electoral, la cabeza de lista del PP y hasta ahora consejera de Familia del gobierno zombi, Alicia García Rodríguez.

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