[dropcap]M[/dropcap]uchos de vosotros recordáis a Nati Mistral. Pero los más jóvenes puede que no. Fue una gran cantante y actriz, de gran personalidad y maravillosa entonación, una de las más grandes damas de la canción española no folclórica. Su forma de recitar era de las que te dejaban boquiabierto…
Hoy os voy a hablar de algo que aconteció hace unos 7 años. Por entonces unos cuantos amigos de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (AFA), de Salamanca, habíamos formado un grupo muy entrañable dada nuestra común motivación. En las sobremesas hablábamos de todo –seguimos haciéndolo– y un día de septiembre de 2012 la conversación giró en torno a una entrevista que le habían hecho a Nati Mistral.
Me extrañó, porque yo había escuchado esa misma entrevista mucho antes, no recuerdo cuando, y me había llamado la atención la clara inteligencia y rotundidad de sus respuestas. He de confesar que a mí me gustaba más el estilo de María Dolores Pradera que el de Nati Mistral, pero aquella entrevista hizo que admirase en ella virtudes hasta entonces no tan apreciadas.
Pero eso fue mucho antes de 2012. El caso es que en esta fecha, no sé por qué razón, repitieron aquella entrevista que tanto me impresionó tiempo atrás.
En ella Nati decía, categóricamente, que NO CREÍA EN EL AMOR, que no existía tal. Aquello nos removió a los tertulianos de AFA en aquella sobremesa y decidí escribirle una carta en nombre de todos. Así lo hice y me moví para procurar enterarme de su dirección, pero pasó el tiempo y no la conseguí, archivando el caso.
Hace unos días encontré aquello que escribí en septiembre de 2012 y ahora se la remito, con la seguridad de que la va a leer y que va a pensar que qué pena no haberla recibido cuando aún estaba entre nosotros.
La misiva es la siguiente:
CARTA ABIERTA A NATI MISTRAL
Admiradísima Nati: durante toda mi vida sentí –como todo el mundo—dentro de mí tu voz en tus canciones y, más aún, en tu recitar. Es una vibración en nuestra alma al sentir como pones la tuya en ello, en tu Arte.
Y me alegré muchísimo al ver tus últimas intervenciones en televisión, tan lúcida como siempre, como una «rosa de Madrid» que eres. ¡La «flor de Chamberí»!
El otro día repitieron una entrevista que te hicieron unos periodistas jóvenes. No te vi pero me han dicho que comentaste que “no creías en el amor”.
¿Quieres conocerlo? Todos los que estábamos reunidos charlando, todos, lo dijimos unánimemente y de corazón, porque todos te admiramos y te queremos. Somos de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Salamanca, que formamos una HERMANDAD DEL TRIPLE AMOR. Triple por el AMOR conyugal o filial que nos une. Por el AMOR sacrificado que nos ata con más fuerza a nuestros enfermos. Por el AMOR generoso de nuestros cuidadores, siempre pendientes de nuestro más mínimo desánimo.
¡Ven a vernos! Disfruta de una velada con nosotros. Conoce a nuestros enfermos, a esta Hermandad. Te sentirás aliviada de todas las penas y pasarás una magnífica jornada, en paz y tranquilidad, olvidándote de todos los sinsabores de este mundo y, sobre todo, SABRÁS LO QUE ES AMOR, y, a partir de ese momento, SÍ QUE CREERÁS EN ÉL.
Permíteme que te envíe un abrazo de estos todos tus admiradores.
¡VEN A CONOCERNOS!
La firmábamos los tertulianos de entonces, algunos de los cuales marcharon y se lo podrán decir a ella, allá donde está. Ahora me permito reproducirla dirigiéndola a todos aquellos que no creen o no saben lo que es el AMOR.