Castilla y León es una de las comunidades más ricas en patrimonio y una de las más despobladas de España. Habitualmente se publican estadísticas de la pérdida de habitantes. “Esto es un problema para mantener y cuidar el patrimonio cultural, arquitectónico, natural e inmaterial que tenemos”. Así de contundente se muestra Pedro Montarelo, presidente de la Federación de Asociaciones por la Defensa del Patrimonio de Castilla y León.
Montarelo explicó que las asociaciones se mueven entre “la frustración y la esperanza”, porque el patrimonio, que es de todos, está en peligro y riesgo allí donde se pierde población, “porque los primeros cuidadores del patrimonio son los vecinos”.
Este año su manifiesto se va a enfocar al patrimonio de los pueblos. “Castilla y León es de las regiones donde la despoblación se agudiza y donde más patrimonio hay. Por ejemplo: Salamanca tiene más de 70 municipios con menos de 100 habitantes. Muchos vecinos no se quieren ir de sus pueblos por seguir manteniendo su patrimonio. Si se deshabilita el lugar, hace que se pierda patrimonio y es nuestra identidad”.
Las asociaciones apuestan por la inversión en patrimonio, porque consideran que sería “rentable” o que al menos lograría que “disminuyera la despoblación”. Eso sí, puntualizan que ese beneficio “no es inmediato”.
Ellos están muy tranquilos con la conservación de los grandes edificios. Ponen un ejemplo: “Ocurre un accidente en la Catedral y sabemos que se va a restaurar, como Notre Dame, pero si pasa en aquel patrimonio que no genera una rentabilidad de lo que se va a invertir en su restauración, simplemente por el valor en sí o por la identidad de la zona, tiene muchas posibilidades de perderse”.
Ellos proponen realizar un programa bien dotado para ese patrimonio, realizar catálogos e inventarios, incluso crear la figura del ‘Guardia Local de Patrimonio’. “Todo esto lograría que se frenara la sangría de la despoblación. Hay que ser creativos”.
También sugieren que se agilice la Ley de Mecenazgo, porque podrían verse beneficiados algunos monumentos gracias a estas donaciones o aportaciones de ciudadanos anónimos, corporaciones, empresas,…
Se muestran preocupados y sinceros con relación a la conservación del patrimonio. Creen que a las instituciones “les molestan” los Cascos Históricos, “excepto la zona turística. También podíamos hablar de los Cascos Históricos Vaciados. Muchas instituciones ocupaban los edificios del centro y ahora se han hecho nuevas construcciones y éstos han quedado abandonados. La mayor parte de las instituciones son responsables de haber dejado abandonado estos edificios”.