[dropcap]I[/dropcap]sidoro Alanís hace de la necesidad virtud. Lo logró con su empresa Global Exchange situándola entre las tres primeras del mundo en el servicio de cambio de moneda. Ahora, quiere que su pueblo, Fuentes de Oñoro, aproveche que quedará aislado con la unión de las dos autovías, Portugal y España, zonas industriales y de servicio «para que las empresas se puedan instalar más cerca de la carretera», así como la cesión por parte de la Junta de «una estación de autobuses» y la compra al Ministerio de Economía y Hacienda de «la campa de camiones» que deja 50.000 metros cuadrados en poder del pueblo para instalar «un posible polígono industrial».
Carlos Tabernero/ ICAL. En 1996, su familia puso en marcha una pequeña oficina de cambio de moneda en su pueblo natal, la localidad salmantina de Fuentes de Oñoro, en la frontera entre España y Portugal.
Apenas once años después, y con su empresa implantada ya por entonces en 11 aeropuertos internacionales de Argentina, Costa Rica, España, República Dominicana y Uruguay a través de una treintena de oficinas en las que cambiaron sus monedas casi un millón de clientes, decidió presentarse a la Alcaldía de su pueblo como independiente «para poner un poco de orden» en un Ayuntamiento que presupuestaba 600.000 euros pero acumulaba una deuda de más de 2,2 millones de euros.
Hoy, doce años después de aquella primera elección como alcalde, Isidoro Alanís inicia su cuarta campaña electoral para continuar rigiendo los designios de Fuentes de Oñoro, una localidad con 1.188 habitantes que ha reducido su deuda en 1,6 millones de euros bajo su gestión.
Tiene el doble de empleados que habitantes Fuentes de Oñoro
Mientras, comparte su tiempo con la presidencia de aquella empresa familiar que se ha convertido en la tercera multinacional del mundo especializada en prestar servicios de cambio de moneda al estar presente en 57 aeropuertos de 22 países de los cinco continentes, con 310 oficinas y más de 2.500 trabajadores, «el doble de los habitantes» de su pueblo, para atender a los casi siete millones de clientes registrados en el último año.
Aunque las cifras sean mareantes y parezca imposible compaginar ambos cargos, Alanís lo hace gracias a «la ayuda de mucha gente muy buena». Y es que el alcalde de Fuentes de Oñoro considera que tiene «un equipazo que lleva el 90 por ciento del peso» de la gestión de la localidad.
«Yo me dedico al 10 por ciento restante, soy la referencia, pero los héroes son los concejales que, están en el día a día, como el equipo de Global Exchange que nos permite mejorar los resultados cada año», explica Alanís, quien reconoce que su labor se circunscribe a «hacer el planteamiento a largo plazo, decidir hacia donde debemos ir» y, en su responsabilidad como alcalde, «concluir el plan estratégico de reactivación económica del municipio».
Un plan para salvar a su pueblo del aislamiento
Una «obligación» ante la cercana unión de las autovías EP-5 portuguesa y A-62 salmantina que «van a dejar el pueblo a más de un kilómetro de la conexión de la carretera» y que, en opinión de su alcalde, le abocaba a «desaparecer, pasar de 1.200 a 200 habitantes» si no se hacía algo.
Ahí ubica Alanís ese «plan estratégico de crecimiento económico» con el que, por el momento, ha logrado el cambio de normas urbanísticas para los 100.000 metros cuadrados ubicados en las conexiones de las autovías portuguesa y española, que pasarán a ser zonas industriales y de servicio «para que las empresas se puedan instalar más cerca de la carretera», así como la cesión por parte de la Junta de «una estación de autobuses» y la compra al Ministerio de Economía y Hacienda de «la campa de camiones» que deja 50.000 metros cuadrados en poder del pueblo para instalar «un posible polígono industrial».
Así, Alanís plantea que para los próximos cuatro años solo queda «la adjudicación, por parte del Ministerio de Fomento, de un área de servicio en el municipio para poder completar el plan de reactivación que comenzamos hace doce años». «Si lo consigo, atrayendo empresas para crear puestos de trabajo y consiguiendo que Fuentes de Oñoro sea un lugar de inversión, habré cumplido», sentencia Alanís, para quien «que las calles estén más o menos limpias para el futuro del pueblo da igual, lo fundamental es que haya empresas que quieran invertir».
Administración lenta, absurda e ilógica
«Pero como en este país va todo tan lento, hay que luchar con los molinos», expresa Isidoro Alanís, quien lamenta la «extrema lentitud» de la administración pública y pide una «reestructuración básica» de la misma porque, en su opinión, sobra «del 30 al 40 por ciento de la función pública».
Pone como ejemplo los trámites realizados desde su pueblo para el cambio de las normas urbanísticas en los 100.000 metros cuadrados de la zona anexa a la unión de las dos autovías, para cuya aprobación necesitaron «reportar a 17 instituciones que tienen que opinar», lo que les llevó «cinco años». «No hay un país que resista una ineficiencia tan absurda y tan ilógica», continúa el candidato a la reelección en la Alcaldía de Fuentes de Oñoro, para quien «cuanto menos eficientes seamos en la administración, menos competitivos seremos fuera y seguiremos desvaneciéndonos como región».
Por ello, Alanís pide «más empresarios que den el paso» que dio él en 2007 porque «cambiaría radicalmente la política» y «aumentaría la eficiencia» en la misma, frente a «políticos que, en muchos casos, no han trabajado ni han tenido la responsabilidad de apostar su dinero y pagar una nómina por un proyecto propio». «Con pólvora del rey se dispara bien, pero se es muy mal gestor», afirma Alanís, quien recalca la idea de que «tenía que haber muchos más empresarios que diesen el paso para dar una gestión adecuada a lo público, porque sabemos cuánto cuesta pagar los impuestos, una subida de IRPF, del Impuesto de Sociedades o crear un empleo», puesto que «al final, la sociedad, y en el mundo rural sobre todo, se asienta por la creación de riqueza y empleo, y eso lo hacen las empresas».
«Compensa»
Y es que la vida en el día a día del presidente de Global Exchange se divide en varios frentes. Como él mismo explica, al menos una vez cada dos semanas y tras trabajar como cada mañana en las oficinas de la empresa en Salamanca, se va «al pueblo después de comer», donde está «toda la tarde despachando temas municipales» para, por la noche, ir a Madrid «para coger algún vuelo» que le lleva a gestionar cualquier circunstancia de la multinacional que preside en alguna de las 310 oficinas ubicadas en 57 aeropuertos de 22 países de todo el globo.
Todo ello sin cobrar un céntimo del erario público porque, como bien recuerda Alanís, «en el 90 por ciento de los pueblos de España, la gente involucrada en su gestión no cobramos un céntimo, y lo hacemos por hacer algo por los demás». «Hay que reivindicar también esa política, que es la mayoritaria», relata el presidente de Global Exchange y, a la vez, candidato a la reelección como alcalde de Fuentes de Oñoro, para quien esa doble experiencia es «un disfrute, un orgullo y una gran oportunidad de transmitir el nombre de mi pueblo por el mundo».