La campaña contra los vientres de alquiler ha llegado a Salamanca, donde han aparecido algunos carteles de ‘se alquila vientre’.
La práctica de los vientres de alquiler consiste en que una mujer gesta un hijo cuya maternidad y paternidad cede a otras personas y no es legal en España.
Sin embargo, quienes quieren ser padres por esta vía recurren a mujeres de otros países a cambio de sumas de dinero que oscilan entre los 40.000 euros de Ucrania y los 120.000 de otros países, como EEUU.
La gestación subrogada o los vientres de alquiler en la actualidad se entienden más como una mercantilización y cosificación de la mujer como ser eminentemente reproductivo y que expone a las mujeres al «tráfico reproductivo». Cuenta con el rechazo del movimiento feminista y los partidos del espectro ideológico de la izquierda.
Esta reacción ha surgido ante el intento de regular la maternidad subrogada, o la práctica de alquilar vientres de mujeres en favor de terceros.
El movimiento feminista señala que el deseo de paternidad/maternidad nunca puede sustituir o violar los derechos que asisten a las mujeres y los y las menores. «El deseo de ser padres-madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos. Por ello mostramos nuestro absoluto rechazo a la utilización de los vientres de las mujeres con fines de gestación para otros», indican.
Abogan por el derecho a decidir de las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos. «La maternidad por sustitución niega a las mujeres gestantes el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y en la posterior toma de decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación del menor o la menor», explican.