[dropcap]El[/dropcap] festival Luz y Vanguardias llega a su cuarta edición transformando el río Tormes en el Amazonas, la plaza de Anaya, en un jardín romántico, la Universidad, en un foro reivindicativo, y la Plaza Mayor, en un escenario rico, variado y transformador.
Salamanca se convierte estos cuatro días, el espectáculo dura hasta el domingo, en una ciudad donde la luz juega a ser pintura, escultura y fotografía, siendo a la vez pincel, lienzo y piedra y tomando como soporte el agua del Tormes.,los árboles de la Plaza de Anaya y la piedra de Villamayor de la fachada rica de la Universidad y la de la Plaza Mayor.
Una a una
El festival nos invita a pasear la ciudad para ver sus obras. Comencemos el camino en el Puente Enrique Estevan, engalanado para la ocasión.
El río Tormes se convierte en el Amazonas, al menos por las aguas tormesinas bajan los símbolos de las tribus que viven en el río americano, pero al pasar por debajo del puente Enrique Estevan son devoradas por Wall Street.
Subamos por la calle San Pablo y giramos por la calle tostado para llegar a la Plaza de Anaya, donde nos recibe un cantar de pájaros y adentémonos en un jardín romántico.
Salimos y buscamos el patio de escuelas, donde alumnos de la Universidad muestran a través de sus trabajos su descontento por la violencia de género, la homosexualidad, el bullying, la crisis climática,…
Y enfilamos la calle Libreros y la Rúa para llegar a la Plaza Mayor y ver como nuestra querida fachada del Ayuntamiento se derrite, derrumba y destruye una y mil veces, pero siempre sale airosa, indemne y más firme que antes.
Esta es nuestra propuesta de paseo, pero como explica la propiedad conmutación, el orden de los factores no altera el producto. Pueden comenzar por donde gusten, pero no se pierdan el espectáculo.
Fotos. Pablo de la Peña