El salmantino Chema de la Peña recuerda su “conmoción” al leer ‘La ciudad y los perros’ con 18 años, y recrea la evolución del escritor desde los 10 años hasta su debut a los 26 tras “un camino muy duro”
César Combarros/ ICAL. Cuando Chema de la Peña tenía 18 años y aún estaba lejano su futuro como cineasta, un amigo le pasó un libro que le dejaría «conmocionado». Era ‘La ciudad y los perros’, el debut literario de Mario Vargas Llosa, galardonado en 1963 con el Premio Biblioteca Breve y convertido tras su publicación en «el pistoletazo de salida de lo que luego fue el boom de la literatura latinoamericana», según recuerda ahora el director salmantino. «No había leído nada igual: la fuerza, la violencia, la incomprensible frescura, el dominio del lenguaje, aquella laberíntica estructura, la exactitud con que describía los espacios geográficos… hicieron que el libro quedara marcado en mi memoria», recuerda.
«Siempre tuve en la cabeza que tenía que rodar algo sobre el libro o sobre su autor», rememora ahora el realizador, 37 años después de aquel descubrimiento y unos días antes del estreno mundial de su documental ‘Mario y los perros’, que tendrá lugar el próximo jueves, 27 de junio, a las 20.00 horas en la Sala Azcona de Cineteca Madrid.
La película describe «el viaje iniciático de un chaval desde que a los diez años decide que quiere ser escritor hasta que lo consigue dieciséis años después en París y publica su primera novela». Para rodar el film, De la Peña ha contado desde el primer momento con la complicidad del Premio Nobel de Literatura, que le abrió de par en par sus archivos personales y aparece entrevistado en el documental.
‘Mario y los perros’ sigue el deambular del joven desde que con diez años llega a Lima, la capital de Perú, donde inicia su labor como periodista de sucesos en el diario ‘La Crónica’ y se convence de que para triunfar como escritor debe encaminar sus pasos hacia Europa. Es así como en 1958 llega a Madrid, con 22 años y la beca Javier Prado para realizar durante dos años un curso de posgrado en la Universidad Complutense.
«Él reconoce que fue en Madrid donde empezó a sentirse ‘un escritor de verdad’ cuando en la taberna El Jute, frente al Retiro, tomó la decisión más importante de su vida: no aceptar a partir de entonces trabajos que no tuvieran que ver con la literatura. Hasta ese momento compaginaba la escritura con otros trabajos porque no tenía para vivir, y fue ahí donde empezó a escribir ‘La ciudad y los perros’», explica el cineasta.
Contra viento y marea
La película también sigue al escritor cuando decide «quemar sus naves» y con el dinero del billete de vuelta a Perú, al terminar su beca en España, decide irse a París «con una mano delante y otra detrás». «Allí lo pasó fatal porque no tenía un duro y no encontraba trabajo. Estuvo repartiendo periódicos y empezó a encontrar trabajillos en academias para dar clases de español, pero durante todo ese tiempo siguió escribiendo y conoció a Jorge Edwards, a Julio Cortázar y a toda la élite de escritores latinoamericanos que había ido a probar suerte en París», rememora.
La película recorre además todas las dificultades que tuvo que sortear hasta ver la novela publicada, desde los rechazos de numerosas editoriales («nadie la quería pero él insistió», relata el cineasta) hasta la apuesta personal que realizó por el libro Carlos Barral o el encontronazo con la censura española. «Tuvieron que pelearlo todo. El suyo fue un camino muy duro, tras el cual hubo mucha determinación y mucha tenacidad antes de que la novela se convirtiera en un éxito enorme», relata el director.
En su película, De la Peña reflexiona sobre el arduo camino que cualquier creador ha tenido que seguir antes de alcanzar el éxito, un recorrido lleno de «ambición, tenacidad, mucho talento y también muchas inseguridades». «No es un camino fácil, sino lleno de baches y de reveses», explica. A su juicio, ‘Mario y los perros’ «desvela la obstinación, el arrojo, la insolencia, el trabajo obsesivo y la fuerza vital que fueron necesarias para que ‘La ciudad y los perros’ y su autor irrumpieran con violencia renovadora en el mundo de la literatura».
Rodado en blanco y negro, el film recupera numeroso material de archivo (como entrevistas con Cortázar o Carlos Barral), saca a la luz parte de la correspondencia de Vargas Llosa con su amigo Abelardo Oquendo, y refleja los testimonios de nuevos entrevistados como los escritores Jorge Edwards, Alonso Cueto, Harry Belevan-McBride y Rosa Regàs, amigos del Nobel como el filósofo Federico Camino o el exguerrillero Héctor Béjar, y expertos en su obra como el historiador Carlos Aguirre o el periodista Alfredo Barnechea.
El guion del documental lo firma el propio De la Peña junto a su estrecho colaborador Óscar de Julián (con quien lleva más de veinte años trabajando, desde cortos como ‘Lourdes de segunda mano’ en 1995), y la película es una coproducción entre Azul Media Services y RTVE, que emitirá en el futuro el documental dentro del programa ‘Imprescindibles’ de La 2, que ha sido galardonado recientemente con el Premio Nacional de Televisión 2019.