[dropcap]T[/dropcap]e escribo más sobre la filosofía, bases y fundamentos del Yoga. Como es verano y no todo va a ser estar en silencio o en la esterilla, la propuesta es yoga desde otro lado: desde el arte. El arte del cine.
Hay muchas propuestas cinematográficas sobre el yoga y la meditación. No todas son con palabras en sánscrito o densos documentales que se te cierren los ojos. Mi propuesta es ver pelis que quizás ya hayas visto, pero esta vez con tus ojos de yogui. Divertido, ¿eh? Pues esto de postre.
Antes de eso, te diré cuál es una de mis pelis favoritas sobre el yoga, por la fotografía y lo entretenida que está: es Yoga, la arquitectura de la paz. Es un documental de hora y media, que se te pasa volando, del año 2017, donde el fotógrafo Michael O’Neill habla con maestros de yoga durante un viaje de 10 años por toda la India, el Tíbet y Nueva York.
Ahora sí, vamos con la propuesta de Yoga de verano. La idea es ver esos mensajes escondidos en películas conocidas, que antes no habías descubierto. Y cómo esos mensajes secretos van directamente a una vida de yoga, a ese que yo llamo yoga cotidiano, el de fuera de la esterilla.
Dicho esto, comenzamos con una peli que es un icono de colores verde y rojo. Veamos Amelie con nuestros ojos de yoguis. Si leemos entre líneas, su protagonista practica Karma yoga a diario: hacer el bien a los demás sin esperar nada a cambio. Ya tuvimos nuestra columna sobre el karma yoga (podemos repasar también si la memoria no guardó).
Amelie es un personaje tierno y querido del cine europeo, que con algunos de sus rasgos la hacen empática, soñadora y creativa, dando como resultado la conquista del espectador. La muchacha de Montmartre encuentra el sentido de su vida cuando se da cuenta de que ayudando a la felicidad de los demás desinteresadamente, ella también es más feliz. Todo esto es igual que el karma yoga. Muy firme en Amelie Poulain esa conciencia solidaria de ayudar a los demás con ideas muy yoguis desde su personaje carismático.
Amelie es una joven así como muy tímida e insegura, pero que al final tiene el valor de enfrentarse a sus miedos y, poco a poco, ir hacia donde quiere ir. La prota conecta con su verdad y lo consigue. Eso sí, con esfuerzo y pasión, como hacemos en la esterilla con esa asana (postura) con la que cada uno queremos profundizar.
En fin, que además de ser una peli chula, está guay verla con esas gafas del yoga, porque como ves el film tiene mucho, pero que mucho, yoga. A por las palomitas y a darle al play.
Ten un buen día y cuida tu energía.