[dropcap]E[/dropcap]sta madrugada de martes, la puerta de San Marcos, una iglesia con casi mil años de antigüedad amanecía mancillada. Unos vándalos habían arrojado pintura blanca sobre su puerta, que también había alcanzado la piedra arenisca de Villamayor, con lo delicada que es.
Esta iglesia románica está abierta al culto y es una de las más queridas por los salmantinos por su singular planta redonda de 22 metros de diámetro.
Dicen que antiguamente se organizaban dentro corridas de toros, pero quizá esto forma parte de la leyenda de esta iglesia románica ubicada en su día en la entrad de la ciudad, al lado de la puerta de Zamora de la muralla.