Opinión

El «botín» de Ciudadanos en Castilla y León

ICALpleno cortes 23 jul 2019 mañueco igea
Mañueco e Igea en el pleno de las Cortes de CyL en julio de 2019.

[dropcap]C[/dropcap]on ocasión de las pasadas elecciones generales, Albert Rivera se marcó por encima de cualquier otro objetivo el de salir de ellas convertido en el líder de la fraccionada derecha española. Igual que en su momento Pablo Iglesias pretendía asaltar los cielos, Rivera creyó llegada la ocasión de arrebatar al degradado PP la hegemonía de ese hemisferio político. La fragilidad de Pablo Casado y la irrupción de Vox contribuían a la expectativa.

Pero a pesar del pésimo resultado electoral firmado por Casado, Ciudadanos no logró el pretendido sorpasso y en consecuencia fracasó en ese objetivo de desplazar al PP como fuerza hegemónica de la derecha. Pero Rivera debe de ser el único que no se ha enterado. Solo así se explica que, en lugar de adecuar su estrategia política a la nueva realidad, persista en una deriva que ha colocado a su formación al borde de la esquizofrenia política, con defecciones y purgas respondidas con nuevas dosis de ensimismamiento caudillista.
Albert Rivera
Albert Rivera

Superado su momento mas crítico, Casado se ha hecho con las riendas del PP y ha moderado el discurso político radical concebido para contener la temida sangría de votos hacia Vox. Aquella catarata de insultos dedicados a Pedro Sánchez-“felón”,“okupa” “cómplice” de un golpe de Estado, entre otras lindezas- ha quedado desterrada, al menos de momento, del vocabulario del líder del PP. Por el contrario, Rivera se echó al monte y allí sigue obstinado en permanecer. Lejos de retirar el “cordón sanitario” al partido de largo mas votado en las pasadas elecciones generales, el líder de Ciudadanos sigue preso de una obsesión que le ha llevado a patentar la expresión “Sánchez y su banda” para referirse al PSOE.

Aunque tiene connotaciones incluso mas lacerantes, Rivera relaciona el concepto “banda” con el reparto del Poder como si tratara de “un botín”. Y eso era justo lo que nos faltaba por oír en Castilla y León, donde Ciudadanos, tercera fuerza electoral a muchísisima distancia tanto del PSOE y como del PP, se ha valido de la necesidad de este último para lanzarse sin pudor a la caza y captura de cuotas de poder y poltronas políticas que en ningún caso se corresponden con su limitado respaldo en las urnas. Partidaria de modificar la legislación electoral para evitar que las minorías nacionalistas “extorsionen” al gobierno de España, en Castilla y León la formación naranja ha llevado esa misma “extorsión” hasta extremos inimaginables.

Luis Fuentes y Miguel Ángel González Rodrigo
Luis Fuentes y Miguel Ángel González Rodrigo

Seis de 12 procuradores, con sueldos de primera.- Para empezar, gracias a su acuerdo con el PP, Ciudadanos (12 procuradores) cuenta en la Mesa de las Cortes con igual número de representantes, dos, que populares y socialistas, titulares de 29 y 35 escaños, respectivamente. Sin esa “deferencia” del PP, inequívoca entrega a cuenta del posterior pacto de gobierno, al partido naranja le hubiera correspondido un solo puesto en la Mesa. Y desde luego no hubiera sido la presidencia que ostenta Luis Fuentes, sino la secretaría tercera que ha pasado desempeñar Marta Sanz.

A esos dos puestos de la Mesa (94.811 euros brutos anuales por cabeza) se suman el de la portavoz, Ana Carlota Amigo, y los dos portavoces adjuntos (David Jesús Martín y Miguel Ángel González Rodrigo), remunerados igualmente por cuenta de la Cámara, la primera con la misma soldada que los miembros de la Mesa, y los segundos con 90.491 euros del ala. Si a ello se añade la condición de vicepresidente y consejero de la Junta adquirida por Francisco Igea, tenemos a seis de los doce procuradores naranjas con sueldo político de primer nivel.
Aparte de ello, tras el incremento del 10 por ciento en las subvenciones a los grupos parlamentarios, el de Ciudadanos dispone de 47.806 euros mensuales de las Cortes para lo que le venga en gana, ya que se trata de asignaciones de libre disposición no fiscalizadas por la institución.
Igea y Navarro cuando ambos eran diputados del Congreso
Igea y Navarro cuando ambos eran diputados del Congreso

La cuota de consejerías de la Junta -cuatro sobre diez- arrancadas por Ciudadanos al PP en su pacto de gobierno en la Junta no guarda proporción con los escaños de cada uno de ellos, pero no presenta especial desequilibrio con respecto a lo que viene siendo usual en otras comunidades. En este punto lo reseñable es que a instancias del vicepresidente Igea se haya creado una nueva consejería diseñada a su completo antojo que incrementará como mínimo en media docena de altos cargos el organigrama de la Junta. Eso y que uno de ellos, el de viceconsejero de Transparencia, se haya utilizado para recolocar a un correligionario, Fernando Navarro, ex diputado del Congreso por Baleares fracasado en su intento de renovar su escaño en las pasadas generales.

Pero, a expensas de lo que nos deparen los nombramientos pendientes de conocer en la Junta, ha sido en el ámbito de los Ayuntamientos y las Diputaciones donde Ciudadanos ha mostrado una voracidad compulsiva por hacerse con sueldos políticos y cuotas de poder. Y ahí tenemos en Palencia al intrépido Mario Simón, ocupando la alcaldía con tan solo tres de los 25 concejales que integran la corporación municipal. Ello, para mayor inri, tras firmar personalmente un documento con la única concejala de Vox, cuyo voto era imprescindible para alcanzar la mayoría absoluta.
Burgos era la segunda alcaldía de capital exigida por Ciudadanos para apoyar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco y si Vicente Marañón fracasó en el intento fue precisamente por no conseguir sumar los votos de Vox, al igual que Palencia imprescindible para que salieran las cuentas. Pero el propósito de desvirtuar la voluntad democrática -Ciudadanos cuenta con cuatro de los 27 concejales del consistorio burgalés- quedó patente y ya veremos si no se reproduce en el futuro.

Francisco José Requejo

Rapiñando al máximo en las Diputaciones.- Lo anterior solo era el preludio de lo que ha ocurrido en las Diputaciones provinciales, precisamente esas instituciones que Ciudadanos pretendía suprimir por considerarlas máximos exponentes del caciquismo y el clientelismo político. En ellas la ávidez del partido naranja por lograr cuotas de poder y cargos ha alcanzado cotas obscenas.

Tras exigir, de nuevo a cuenta de la investidura de Mañueco, las presidencias de las Diputaciones de Burgos y Segovia, en la primera de ellas sucedió que el llamado a presidirla,Lorenzo Rodriguez, tuvo más sentido común que su partido y consciente de las limitaciones de su grupo -tres de 25 diputados- optó por conformarse con la vicepresidencia primera, que tampoco es poca cosa (63.000 euros anuales).
En contraste con lo anterior, en Zamora el único diputado provincial de Ciudadanos,Francisco José Requejo, tenía la desfachatez de asumir la presidencia de la Diputación (59.255 euros anuales) con el interesado apoyo del PP, que dinamitaba así el pacto tripartito negociado entre PSOE, IU y el propio Requejo para gobernar la institución bajo presidencia socialista. Desde el “caso Antorrena” no se recordaba en Zamora un episodio político tan rastrero como el protagonizado por el actual presidente de la Diputación.
Pero la cosa no ha quedado ahí. Con tan solo un diputado de 25, Ciudadanos ha conseguido a través de sendos pactos con el PP hacerse con la vicepresidencias primera de las Diputaciones de Ávila y Soria. En la primera Pedro Cabrera se levanta un sueldo de 53.000 euros y en la segunda Saturnino de Gregorio disfruta de otro de 46.000.
Saturnino de Gregorio

Y lo que ya ha rizado el rizo es que el partido de Rivera haya exigido, y al final conseguido, otra vicepresidencia en la Diputación de Valladolid, donde el voto de sus dos únicos representantes no era imprescindible para garantizar la presidencia al PP.

Forzado por la dirección regional del partido, el nuevo presidente ha nombrado vicepresidenta segunda a Gema Gómez, que se embolsará con el cargo 65.963 euros anuales, mientras el otro diputado naranja no le va mucho a la zaga, ya que como portavoz de grupo tiene asignados 60.348. Y no se descarta que algo similar a lo de Valladolid termine sucediendo en la Diputación de Segovia, donde, al conseguir finalmente el PP la mayoría absoluta, Ciudadanos se ha quedado sin la presidencia inicialmente exigida.

Si Rivera llama “la banda de Sánchez” al PSOE y “botin” a su pretensión de mantenerse en el poder ¿como habría que calificar a Ciudadanos tras el bochornoso “peaje” de cargos y sueldos que se ha cobrado a cambio de mantener al PP en la Junta de Castilla y León?.

1 comentario en «El «botín» de Ciudadanos en Castilla y León»

  1. La ciudad Patrimonio de la Humanidad y una de las ciudad del interior más visitadas de España, no dispone un centro para la recepción de visitantes, del que se hablaba ya, hace 10 años. Resulta, que los muchos autocares de turistas que a diario recibe la bella Salamanca, siguen aparcando donde buenamente pueden, sin áreas señalizadas adecuadamente para tal propósito y sin un triste lavabo o servicio adaptado o sin adaptar, da igual, para atender a tanto visitante.

    Responder

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Te recomendamos

Buscar
Servicios