Bernardo Hernández, el salmantino que fue directivo de Google y Yahoo, se ha propuesto ahora retar a la banca. Y donde pone el ojo, pone el tiro.
Lo está haciendo a través de Verse, una plataforma de pagos y otros servicios bancarios sin las servidumbres de las entidades financieras que todos conocemos.
La startup se creó en 2016 y Bernardo Hernández entró como inversor en 2017. A principios de 2018 se convirtió en consejero delegado y ahora lleva las riendas de la compañía. Desde entonces, el número de usuarios ha pasado de 10.000 a medio millón.
Verse acaba de entrar en Italia y tiene previsto expandirse en los próximos meses a Francia y Portugal. Los millennials son el público más proclive a usar este servicio (a través de una App), aunque la vocación de la empresa es abarcar cada vez un público más amplio.
Nueve de cada diez usuarios envía el 25% de su nómina a Verse para realizar sus pagos cotidianos y compartir gastos, algo que está cambiando los hábitos de una generación.
Estos servicios están muy desarrollados en países como China y no para de crecer, mostrando una agilidad mayor que la de la banca tradicional y sin ataduras o burocracia, lo que se denomina «desintermediación», como ya ha ocurrido en el sector de las telecomunicaciones o los medios, según cuenta el empresario salmantino en Cinco Días y El Confidencial.
La empresa obtuvo en junio la licencia bancaria para actuar en la UE. Se la concedió el Banco Central de Lituania, el primer paso para convertirse en algo más que una plataforma de pagos y empezar a operar en ámbitos donde solo lo hacía la banca.
Verse puede emitir una tarjeta con Visa o Mastercard en sus niveles más básicos para que salga gratis y se pueda gastar el dinero que el usuario tiene en la plataforma, ser depositarios de nóminas, hacer transferencias inmediatas a través del sistema intereuropeo sin depender de un tercero y también se puede pagar con Verse a través del servicio QR, que consiste en apuntar la cámara de tu móvil a un código QR en cualquier comercio, sin necesidad de tener TPV o tarjetas. Pagos rápidos y seguros.
Se diferencia de la vieja banca en que no puede hacer préstamos ni jugar con el dinero de nuestros usuarios.