[dropcap]P[/dropcap]or los tejados del Mercado Central hemos visto a algunos de los operarios que están reformando y restaurando este singular edificio modernista, obra del arquitecto Joaquín de Vargas, el mismo que firmó los planos de la Casa Lis.
Las obras del proyecto, cuya inversión municipal asciende a 225.466 euros, han incluido la colocación de vidrios de estilo art dèco en las 33 ventanas y puertas, que ya se pueden contemplar, la limpieza y saneamiento de las fachadas, el arreglo de las cornisas de granito y de las rejas históricas de la planta baja y la instalación de lamas orientables motorizadas en la linterna del edificio para facilitar la ventilación en verano.
La actividad comercial del Mercado Central no se ha visto afectada por las obras, que se iniciaron el 12 de enero. Justo un mes después, en febrero, el alcalde, Carlos García Carbayo, aseguró que concluirían en verano. El cartelón anunciando las obras señala que el plazo de ejecución es de seis meses. Al comenzar en enero, éstas tendrían que haber acabado el 12 de julio.
Un lustro de actuaciones y 1 millón de euros
No es la primera reforma del edificio modernistas en los últimos años. En 2015, los trabajos de obra se centraron en la consolidación estructural del edificio. Se impermeabilizó el forjado entre plantas, para solucionar los problemas de humedad por filtración, se acondicionaron los vestuarios y aseos del mismo y se creó un área acristalada central con usos múltiples en la planta baja. El presupuesto de esta obra fue de unos 700.000€.
Hay que señalar que la edificación es una obra arquitectónica protegida con más de un siglo de historia y alberga el mercado central de abastos más antiguo de la ciudad, habiéndose convertido en el centro de referencia y lugar para la promoción y puesta en valor de los productos autóctonos que forman la base de la gastronomía salmantina.
Este edificio se ha ido adaptando a los tiempos, así el nuevo reglamento de uso y funcionamiento de este espacio, permitirá entre otras novedades la apertura de ‘gastrobares’ en un mismo ámbito en el que convivirán estos locales de hostelería con los negocios tradicionales, ampliando así el modelo y la oferta que actualmente plantea el mercado.
No obstante, como prevé el documento, en ningún caso los citados ‘gastrobares’ podrán superar el 30% de la superficie comercial total del Mercado Central. Además, por otro lado, la inclusión de estos puestos permitirán la apertura del mercado también los domingos y festivos durante todos los días del año.
Un parking subterráneo
Pero, cabe recordar que no siempre gozó de tanta simpatía por parte del Ayuntamiento. De hecho, estuvo a punto de ser derribado para construir un parking en ese lugar. «La última corporación franquista del Ayuntamiento de Salamanca lo tenía decidido. Afortunadamente, no tuvieron tiempo de llevarlo a cabo y así se pudo salvar una de las joyas modernistas de nuestra ciudad.
Habían echado a muchos comerciantes que estaban allí para hacer un aparcamiento subterráneo. Cuando llegué a la alcaldía y comprobé lo que estaba aprobado dije: ‘Esto no se tira y revertí el tema y volvió a ser un mercado. Esta joya modernistas fue salvada de la piqueta gracias a la primera corporación municipal de la Democracia», explica Jesús Málaga en su libro: ‘La vida cotidiana en la Salamanca del siglo XX -1898-1923-