El Ayuntamiento ha reunido este miércoles la Comisión de Violencia de Género dos días antes del inicio de las ferias y fiestas para ver qué hacer para prevenir agresiones sexuales en estas fiestas. El resultado ha sido una foto del alcalde y la vicealcaldesa con cara de preocupación por el asunto, el anuncio de repartir octavillas y mucho postureo, demasiado para algo tan serio.
Esta comisión fue creada por primera vez en 2015. Bajo la presidencia del alcalde de la ciudad Carlos García Carbayo y con la presencia de la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Ana Suárez, la mesa agrupa a 25 colectivos que representan a todos los grupos municipales, institucionales y al tejido asociativo relacionado con la materia.
En otro ejercicio propagandístico marca de la casa, se ha acordado, como medidas estelares para combatir y prevenir las agresiones sexuales en las ferias, repartir 10.000 octavillas, poner carteles informativos en las casetas de la feria de día y en el mobiliario urbano.
Además, y va en serio, se ha solicitado «la colaboración al personal de la Asociación de Hostelería de Salamanca sobre la sensibilidad del caso. Asimismo, se recabará la colaboración de los taxistas para prevenir casos de agresiones».
El equipo de gobierno «pide a quien trabaje durante esas jornadas en sus locales que ayude inmediatamente a detener cualquier tipo de abuso y agresión, colaborando para que las mujeres se sientan seguras y llamando a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para que acudan de inmediato». Y a correr. Este es el nivel. Como si un camarero dispuesto a mirar a otro lado ahora cambiara de parecer con esta «solicitud».
Ante este panorama de infantilismo y pereza intelectual, el PSOE ha saltado. El grupo municipal socialista, en la reunión de la Comisión de Violencia de Género ha insistido, al igual que hiciera en el último pleno del mes de julio, en la necesidad de establecer una red de puntos violentas en la ciudad de Salamanca durante las próximas ferias y fiestas de la capital para facilitar información y la prevención de las agresiones contra las mujeres.
Estos puntos violetas, que ya han sido puestos en marcha en otras ciudades y eventos de gran afluencia, son espacios en los que la ciudadanía en general puede obtener información, y un lugar seguro al que las víctimas de agresiones pueden acudir de manera rápida e inmediata para que puedan recibir la asistencia necesaria. «Puntos de prevención, información y asistencia donde se encuentran verdaderos profesionales expertos en la prevención y tratamiento de agresiones y de la violencia contra las mujeres», indica.
Los socialistas lamentan que en la reunión de la Comisión de Violencia de Género la teniente de alcalde, Ana Suárez, haya vuelto a desechar la propuesta socialista de instalar estos puntos violetas. Una posición que, a juicio de los socialistas, «es muy negativa para todos, atribuible a la ignorancia que ella y el equipo de gobierno municipal del bipartito PP y Ciudadanos tiene sobre la función de estos puntos».
El PSOE recuerda que multitud de expertos y asociaciones feministas, que cuentan con la asistencia de profesionales, avalan la funcionalidad de los puntos violeta en la celebración de eventos de gran afluencia de público en los que existe riesgo de agresiones hacia las mujeres.
Por último, los socialistas consideran que la sesión de la comisión de este miércoles «ha llegado además de mal, tarde. Una reunión que debería haberse convocado con anterioridad y mucho antes, y no a pocos días del comienzo de las Ferias y Fiestas, para que de esta forma se hubiera podido realizar una verdadera y correcta planificación entre los colectivos, asociaciones, profesionales y todas las partes implicadas, donde quedarán recogidas todas las medidas y las acciones necesarias para prevenir y evitar agresiones de género, violentas o de carácter sexual».
Consideran «lamentable y muy preocupante que la sesión de la Comisión sobre Violencia de Género haya servido únicamente para trasladar al resto de integrantes cuestiones ya decididas de antemano por el Gobierno municipal, muchas de ellas improvisadas, sin posibilidad de participación real ni aportación alguna».
