[dropcap]H[/dropcap]uele a algodón de azúcar y se escucha la música de los carruseles que giran y giran. El recinto ferial es un lugar mágico, porque el estómago se encoge y la sonrisa prolifera al ver que has llegado a tierra firme.
Atracciones clásicas donde volver a ser un niño y carruseles que desafían la gravedad, de todo ello hay en el lugar donde quién más y quién menos se lo pasa en grande.
Además, este año, hay una novedad, el circo que cada año extiende y levanta su carpa, viene repletos de grandes artistas y enormes gimnastas que también desafían las leyes físicas con sus volteretas, acrobacias y espectaculares números circenses.
También es novedoso que varios días, la música no molestará y podrán acudir personas que de otro modo no podrían hacerlo.
Y sigue oliendo a manzana de caramelo, a palomitas y a carne a la plancha.
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