Un británico de 41 años estuvo a punto de perder su pene tras sufrir una erección ininterrumpida durante 36 horas.
El hombre acaba de contarlo en Metro. Dijo que ocurrió en 2016 cuando visitó a una amiga de la infancia en Niza (Francia), en la etapa en la que se estaba tratando de su adicción a los analgésicos (codeína, oxicodoma y sulfato de morfina).
Cuando dejó de tomar los fármacos que le prescribieron un buen día tuvo una erección “fuera de lo normal. No era por excitación sexual”, relató.
Pensó que aliviándose a sí mismo a la vieja usanza todo regresaría a su sitio, pero no fue así. No tardó en aparecer un dolor insoportable y pasadas ya varias horas decidió ir al hospital.
Allí le diagnosticaron priapismo (una erección firme sin excitación sexual que dura horas). Los médicos le realizaron un orificio para drenar la sangre que se había quedado atascada y cedió la presión. También le dijeron que estuvo muy cerca de perder su pene por haber tardado tanto en ir a urgencias.