Un fontanero acaba de protagonizar un cuento de Navidad por anticipado.
Ha sido en la localidad inglesa de Burnley, tras atender a una anciana de 91 años. Le arregló la caldera y difundió la factura por cero libras que le pasó a la mujer como pago a sus servicios.
Eso generó una reacción en cadena de generosidad que se tradujeron en 100.000 euros (80.000 libras) en donativos.
James Anderson es un fontanero que no es la primera vez que pone su trabajo sin ánimo de lucro al servicio de los mayores con pocos recursos o colectivos vulnerables.
De hecho, tiene en su haber casi 3.000 trabajos prestados sin cobrar lo que le dejó casi en la bancarrota y tuvo que despedir a sus dos trabajadores.
Tras esta inyección anónima de dinero ha dicho que volvería contactar con ellos para ver si regresan y seguir expandiendo su labor por todo el país, aunque le gustaría que este servicio se extendiera por otros países y continentes.