[dropcap]O[/dropcap]ctubre es un mes interesante para los amantes de la astronomía, ya que disfrutaremos, si la meteorología lo permite, de dos lluvias de estrellas: las Dracónidas y las Oriónidas.
En este mes, las lluvias de estrellas dominarán el cielo. El otoño comienza con las Dracónidas y las Oriónidas
Dracónidas
Las Dracónidas podrán verse entre los días 6 y 10 de octubre en el hemisferio norte. Su origen está en la constelación Draco -de ahí su nombre- aunque también son conocidas como Giacobínidas porque provienen del cometa 21p/Giacobini-Zinner, descubierto en el año 1900.
La actividad de las Dracónidas suele ser bastante modesta. Según el Observatorio Astronómico Nacional, se podrán divisar aproximadamente 20 meteoros por hora, especialmente en la noche del 8 al 9 de octubre, que albergará la máxima actividad. El mejor momento para observarlas suelen ser las primeras horas de la noche, aspecto que las convierte en singulares. Meteored aconseja elegir zonas con cielos despejados, sin obstáculos, oscuros y que presenten poca contaminación lumínica.
En comparación con otras lluvias, las Dracónidas tienen velocidades lentas, aproximadamente se mueven a 20km/s, lo que las hace ligeramente más visibles. Los modelos de predicción, de momento, prevén para la noche de máxima actividad tiempo tranquilo, gracias al anticiclón, con predominio de los grandes claros. Se prevé que durante esas noches refresque.
Oriónidas
Las Oriónidas son estrellas fugaces débiles y rápidas; su actividad también es menor que otras, pero a diferencia de las Dracónidas, las de Orión pasarán entre 20 y 30 veces por hora a más de 66 km/s. Cabe recordar que el 13 de octubre habrá Luna llena y dificultará la observación, que no será idónea hasta la recta final del mes.
La buena noticia es que la duración de las Oriónidas será más larga, y se podrá disfrutar de ellas desde hoy hasta el 7 de noviembre, presentando su pico máximo en la noche del 21 al 22 de octubre.
Esta lluvia de estrellas viene asociada a la estela del cometa 1/P Halley, que órbita alrededor del sol cada 76 años y que fue visto desde la Tierra por última vez en 1986. Sus partículas se incineran al entrar en nuestra atmósfera dejando ese destello que tanto gusta e invita a pedir deseos. Se podría decir que las Oriónidas son las ‘teloneras’ de la gran lluvia de estrellas del otoño, las Gemínidas del mes de diciembre, que ya tendrán una tasa de actividad de entre 100 y 140 meteoros por hora.