[dropcap]H[/dropcap]agamos un poco de memoria. Un día de septiembre de 2005, la cámara del Senado aprobaba de forma unánime ”la reapertura al tráfico, con carácter turístico, de la línea férrea de La Fuente de San Esteban a Barca d´Alva de forma progresiva hasta su completa realización”. Lamentablemente esta propuesta no se llevó a la práctica por el Ministerio de Fomento debido a “la necesidad de realizar importantes inversiones para la reapertura parcial o total de la circulación ferroviaria y por tener ésta un carácter local”.
Catorce años después, en el 2019, la frustración y las decepciones sobre esta vía siguen siendo constantes para los que forman a asociación de Frontera Tod@vía. A pesar del evidente avance que ha supuesto la intervención, por parte de la Diputación de Salamanca, en el tramo que transcurre desde la estación internacional de La Fregeneda hasta Barca d´Alva, «debido en buena parte a la implicación de la desafortunadamente cesada vicepresidenta Chabela de la Torre, la vía sigue muerta y en medio del túnel, dirigiéndose a trompicones a un camino peatonal que desprecia el verdadero potencial de una de las obras de ingeniería industrial más importantes del siglo XIX», puntualizan.
Pero, incluso lo realizado es bastante mejorable, «fundamentalmente porque el proyecto, redactado por el ingeniero técnico José María Fraile, nos parece -y así lo manifestamos en su momento- escasamente cuantificado, incompleto, indefinido y deficitario para ser un corta y pega de otros tres proyectos suyos anteriores que nunca llegaron a ejecutarse, aunque suponemos que sí a retribuirse convenientemente», aclaran.
Desde la asociación explican que se cambiaban 500 traviesas (sin especificar dónde), no se intervenía en las tajeas ni en los pasos a nivel para mejorar los accesos, no se recuperaban drenajes de la plataforma y la seguridad de las barandillas era más que precaria. Por parte de la Asociación de Frontera Tod@vía, le comunicaron estas deficiencias y le propusieron mejoras asumibles, sin alterar el coste económico final, como el mirador del puente en curva para facilitar su contemplación y la adecuación como área de descanso de una salida lateral de uno de los túneles. «Nos hicieron caso omiso: todo estaba bien. Después, el director de obra, el mismo que redactó el proyecto, se olvidó de realizar el camino paralelo a la vía para facilitar el tránsito de los senderistas, aunque figuraba presupuestado. Aún así, la empresa adjudicataria Hergón Metropolitan S.L. cobró los 600.000 €«, matizan.
Recepcionados los trabajos, «la Diputación de Salamanca ha tenido que realizar una nueva inversión complementaria de 437.276 euros para introducir unas mejoras, que han sido realizadas por el mismo ingeniero y la misma empresa adjudicataria. La nueva inversión atendía, fundamentalmente, a mejorar una seguridad que en el primer proyecto no se consiguió abordar, y que supone más de la mitad de la inversión inicial. Mucho dinero para un proyecto que no pasaba de ser un borrador de intenciones…con algunos impresentables borrones».
Pero independientemente de que el proyecto fuese técnicamente un mal proyecto, «el Camino de Hierro solo sigue siendo un proyecto para hacer senderismo, no apto para todos los públicos, especialmente para niños o personas mayores», apuntan desde la asociación.
Es, o será, nuevamente un proyecto sin retorno económico, que nos tememos esté condenado a su abandono en pocos años -como el muelle de Vega Terrón-, si no se aborda con inteligencia, interés y sentido socioeconómico y cultural. Desde la Asociación Tod@vía entienden que sólo la cesión incondicional de la vía por parte de Adif, el propietario de la infraestructura, y la implantación de una Ley que permita la circulación de pequeños vehículos, como ya sucede en muchos tramos de vías cerradas en Europa, conseguirá que este proyecto salga adelante. La circulación de vehículos no sólo es posible con una mínima inversión, también es imprescindible para el mantenimiento de la infraestructura y el rescate rápido y seguro de posibles accidentados.
Sin financiación para el proyecto Ferronatura
El año 2019 también ha sido decepcionante para los que forman Tod@vía por el rechazo al proyecto FerroNatura que la Diputación de Salamanca presentó a los fondos europeos POCTEP. «Éste sí era un proyecto de Tod@vía, que lo cuantificamos y redactamos en colaboración con la Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR)».
En él planteaban la circulación de vehículos de reducida velocidad y bajo peso sobre las vías, la recuperación de la plataforma ferroviaria de vegetación y drenajes desde Villavieja de Yeltes hasta Almendra (Portugal), la intervención en las estaciones de Lumbrales, La Fregeneda y Barca d´Alva, la instalación de campos generadores fotovoltaicos en dichas estaciones para la recarga de los vehículos eléctricos…. «Un proyecto ganador que pretendía recuperar las infraestructuras y ofrecer al viajero una experiencia de VI(d)A jamás vivida y experimentada, en el que se conjugaba naturaleza y patrimonio, y que contaba con muchas garantías de generar riqueza cultural y socioeconómica sin necesidad de nuevas y costosas subvenciones. Nadie se ocupó ni preocupó, sin embargo, por explicarlo o defenderlo en Europa«, denuncian.
Después de años de trabajo parecía que la solución estaba cerca, incluso ADIF e IP (Infraestructuras de Portugal) firmaban un compromiso de autorizar la circulación de vehículos no ferroviarios sobre la línea cerrada al tráfico ferroviario. Pero nuevamente todo volvía a quedar en papel mojado. «Nunca sabremos la verdadera razón de tantos fracasos, pero todo apunta a la poca influencia de esta España Vaciada para los políticos no adscritos a desiertos demográficos que toman las decisiones», se lamentan.
Es un suma y sigue: se desmonta el ferrocarril convencional por deficitario; se construyen AVES que acercan puntos densamente poblados -alejando los cercanos- cuyas inversiones no se recuperarán en varias generaciones; se anuncian planes para el oeste, proyectos, contraplanes y mil promesas que nunca llegan… «Al final, de tanto exagerar las mentiras, se acabarán convirtiendo en realidad y ya no existirán pobladores en estos territorios de frontera para revertir la situación irreversible de abandono que nos espera».
Toda@via continuará actuando
Los que forman Tod@vía enterraron en el año 2010 las voluntades políticas y de las Administraciones Públicas y se pusieron a resolver lo que estaba a su alcance, que puede ser mucho. Porque si mantener y conservar esta infraestructura era, y es, una obligación legal desde que se le diera la categoría de Monumento Bien de Interés Cultural en el año 2000, darle el uso apropiado, eficiente, social y sostenible es un deber moral para con una zona despoblada y deprimida. «Es un deber de nuestros representantes públicos no sólo para las personas que aquí habitan todavía, también para esos inmensos recursos naturales, paisajísticos, históricos y culturales que encierra», recuerdan.
Siguen pensando en positivo y trabajando para buscar soluciones sencillas sin escuchar nuevos cantos de sirena (al parecer, en la Unión Europea se empieza a apostar por el ferrocarril como transporte menos contaminante y se ha planteado como algo prioritario para el periodo 2020/30 el reabrir lineas cerradas al tráfico ferroviario y La Línea del Duero podría ser una de ellas).
El que fuera un camino para comunicar, debería convertirse, debería haberse convertido ya, en una experiencia para ver, disfrutar, trabajar… «para ¡Vivir! Hay una vía excepcional de 76 Km de oportunidades de generar riqueza. Su éxito u su fracaso seguirá dependiendo de los políticos que nos gobiernan en los diferentes estamentos, pero mientras llega ese momento, seguiremos volcándonos en resolver lo que podamos nosotros mismos, denunciando a aquellos que, desde la palabrería y la mentira como oficio, pretenden eternizarse en vivir del cuento», matizan desde la asociaicón.