El pasado miércoles 16 de octubre la Guardia Civil detuvo a Leandro V.J., un hombre de 25 años y nacionalidad colombiana, como presunto autor del asesinato de una joven de 18 años a la que descuartizó.
Según ‘El Confidencial’, «las luces del vehículo patrulla iluminaron a un individuo empujando un carrito por mitad de la calle en dirección a unos contenedores».
El presunto descuartizador transportaba parte de los restos de su víctima, una chica de 18 años con al que supuestamente mantendría una relación esporádica. Lo que está claro es que se conocían.
Lo que no acaba de explicar es por qué la mató y luego llamó su novia para pedirle ayuda.
La chica colgó y avisó a la Guardia Civil. Y luego empezó a descubrirse su macabro crimen.
Faltaba la cabeza de la chica y partes de su cuerpo, mientras que el tronco se habría hallado en la casa, un chalé que okupaba desde hace cinco años y donde se dedicaba a hacer tatuajes y, según algunas fuentes, presuntamente trapichear con drogas al menudeo.
Una misma vecina le llamó la atención ese mismo miércoles, porque de su casa salía un olor nauseabundo que se trataba de enmascarar con el humo que inundaba la estancia y salía al exterior, alarmando a la vecina.
De madrugada le dijo que una colilla cayó en una manta y se echó a arder, y a las 13 horas, que era el humo dela barbacoa. Por la noche fue detenido.
Su víctima es una chica hija de un guardia civil de Valdemoro que se cruzó en la vida de este elemento.