La profesora e investigadora en el Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca Iria González Mariño es la primera autora del estudio “Evaluación espacio-temporal del consumo de drogas a gran escala: evidencias de 7 años de monitorización internacional de aguas residuales”, cuyos resultados se publican hoy en “Addiction”, la primera revista mundial en el campo de las adicciones.
Entre las principales conclusiones, destaca la detección de un aumento considerable en el consumo de cocaína no sólo en España, sino también en la mayor parte de las ciudades monitorizadas durante el periodo analizado 2011-2017, siendo además la droga predominante en los países del sur y oeste del continente europeo. Mientras, se aprecia un consumo especialmente elevado de metanfetamina en países del este.
Más allá de estos resultados, que están en consonancia con los derivados de indicadores establecidos, como encuestas poblacionales, ingresos hospitalarios o muertes por consumo de drogas, “el análisis de muestras tomadas directamente desde las depuradoras municipales se presenta como una forma eficaz, relativamente económica y rápida de obtener información sobre lo que está pasando en este ámbito en las ciudades analizadas; de hecho, en países como Australia, Nueva Zelanda o Finlandia, son los propios Gobiernos quienes financian los estudios dentro de sus programas de prevención y salud pública”, explica la profesora Iria González Mariño.
Así, el estudio, en el que han participado 71 investigadores de 27 países diferentes, se ha centrado en este análisis de aguas residuales con fines epidemiológicos para evaluar el consumo de drogas en 120 ciudades a lo largo de 7 años (2011-2017), siguiendo una metodología ya reconocida por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías de la Comisión Europea.
“En España, se ha contado con la colaboración de los ayuntamientos de Santiago de Compostela, Barcelona, Castellón, Molina de Segura y Valencia, pero el objetivo en el futuro es seguir incorporando más ciudades”, añade la investigadora.
Reciente desarrollo
El análisis de aguas residuales con fines epidemiológicos es una disciplina científica de reciente desarrollo que presenta el potencial de monitorizar el uso de drogas de abuso a nivel poblacional y en tiempo prácticamente real. Mediante el análisis del agua de entrada de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR), y a partir de la concentración de la propia sustancia y/o de los metabolitos que se excretan por orina, se puede estimar la cantidad de droga consumida por la población.
Esta metodología se aplicó por primera vez a nivel internacional en el 2011 y, desde entonces, el grupo internacional de científicos SCORE (Sewage analysis CORe group Europe), ha realizado análisis y recopilado datos de un número creciente de ciudades año tras año gracias, en parte, a la financiación por parte de la Comisión Europea (Cost Action ES-1307, 2014-2018), además de otros proyectos competitivos.
En total, el estudio ha analizado el agua residual generada por una población estimada de cerca de 60 millones de personas de 120 ciudades en 37 países durante al menos una semana, lo que ha permitido evaluar las tendencias espaciales de uso de cuatro sustancias ilegales: anfetamina, metanfetamina, éxtasis y cocaína. Además, 26 ciudades de 14 países europeos (unos 19,3 millones de personas, aproximadamente) participan en el estudio desde el 2011, proporcionando datos anuales que han contribuido a discernir patrones temporales de consumo de drogas.
En el ámbito español, se cuenta también con la colaboración de la red ESAR-net (Red Española de Análisis de Aguas Residuales con Fines Epidemiológicos), cuyo objetivo es contribuir al avance científico de la Epidemiología de las Aguas Residuales (WBE) en España, y difundir el potencial de esta herramienta a las autoridades y entidades potencialmente interesadas y a la sociedad en general.
“Estamos intentado que dentro de esta red haya cada vez más ciudades implicadas y, en mi caso, ya he iniciado los contactos con algunos ayuntamientos en Castilla y León para poder incorporarlas al estudio”, explica la profesora de la Universidad de Salamanca.