«Soy un juez vocacional y, hoy por hoy, no pienso meterme en política”, afirmaba el magistrado José Luis Concepción, presidente del Tribunal Superior de Justicia en la polémica entrevista publicada el pasado viernes en “El Norte de Castilla”. Suponemos que lo que quería decir es que de momento no se plantea desembarcar en un partido político, porque lo que es meterse en política lo hace hasta las trancas en el transcurso de esa entrevista, en la que no se corta un pelo para descalificar una Ley en vigor, cuestionar una sentencia firme y unánime del Tribunal y Supremo y opinar sobre la oportunidad o no de aplicar determinadas prerrogativas constitucionales.
Concepción no oculta su contrariedad ante la exhumación de los restos de Franco, un hecho que valora “con tristeza”. A su juicio, el episodio “ha trasmutado en rencor la concordia que ha existido en este país desde 1978”. Considera que ha sido el corolario de una Ley, la de la Memoria histórica, que no duda en calificar de “perversa”: “Reverdece el odio que habíamos olvidado ya los españoles, trata de reescribir la historia y de convertir en vencedor de la guerra a quien perdió la contienda en 1939”. Unas opiniones que sin duda suscriben de la cruz a la raya los dirigentes de Vox, el abad del Valle, el golpista Tejero y demás nostálgicos de la dictadura.
“Yo creo que hoy no es el día de alegría que se pinta en todas partes”, añade Concepción, quien comprende que, ante la sentencia del Tribunal Supremo, la familia Franco recurra ante las instancias europeas “por el derecho del que se les ha privado, del que no se priva a ningún ciudadano, de enterrar a su familiar donde lo desee”.
La entrevista, realizada en la misma mañana en que se producía la exhumación, aborda también la situación política en Cataluña. Aunque del contexto se trasluce que el presidente del TSJ hubiera preferido una condena por rebelión, Concepción evita valorar la sentencia, argumentando que “no sería elegante” hacerlo, “incluso en el supuesto de que no me agradara”.
Sin embargo, vuelve a la carga política al manifestarse partidario, “entre otras cosas” que no concreta, de aplicar de nuevo el artículo 155 de la Constitución. “Es indudable –dice- que está en riesgo el Estado, está en riesgo la Constitución y, en consecuencia, hay motivo más que suficiente”. Y para cerrar el círculo, preguntado sobre la posibilidad de indultar a los condenados del “procés”, el presidente del TSJ se descuelga calificando la figura del indulto, de cualquier indulto, como “una intromisión injustificada del Poder Ejecutivo en las funciones del Poder Judicial”, de lo que se desprende su desacuerdo con el artículo 62 de la Constitución y demás ordenamiento legislativo que regula dicha medida de gracia.
Sea porque está al término de su último mandato en la presidencia del TSJ, sea porque el pasado jueves tenía embargado el ánimo, no cabe duda de que José Luis Concepción ha exhibido en “El Norte de Castilla” su más fiel autorretrato en blanco y negro. Plenamente concordante, por otra parte, con el de la orla académica de su promoción en la Facultad de Derecho.