[dropcap]C[/dropcap]hamberí-Alambres nació como barrio ilegal. El señor Rafael de Tejares era el dueño de las tierras donde se asentaron los primeros habitantes. Dejó que las ocuparan a cambio de una pequeña cantidad. Hombre bueno donde los haya, conservador, me tenía una gran simpatía y valoraba muestra gestión en público sin importarle con quién estuviera hablando. El barrio, asentado alrededor de un arroyo, vivió siempre con el riesgo de una riada, con déficit de agua, sin servicios sanitarios y, por supuesto, sin conocer el asfalto.
Está vertebrado por la carretera de la Fregeneda y la calle Mayor. El regato que lo cruza se desbordaba con frecuencia dando sustos a las familias que construyeron su casa junto a él. Tuvieron la suerte de que en él naciera una mujer excepcional, líder del movimiento vecinal durante la transición, Aurelia López, y de contar con un concejal entregado, trabajador y serio con sus compromisos, Jesús González Rivas.
Chamberí-Alambres fue siempre un barrio envejecido y empobrecido, con vertidos ganaderos ilegales, malos olores, suciedad y chabolismo. Los autobuses hacían solamente dos paradas, dejando a algunos vecinos a un kilómetro de sus viviendas. En la ciudad, los autobuses procedentes de Chamberí paraban en la Gran Vía en vez de hacerlo en la Plaza del Mercado, lugar donde tenían la parada el resto de los autobuses de la ciudad, impidiendo así los enlaces con otras líneas.
El PGOU produjo un cambio en su fisonomía. Comenzó a conocer nuevas construcciones de viviendas, muchos solares fueron cedidos al Ayuntamiento transfiriéndose su edificabilidad a otros más céntricos, aparecieron el asfalto, jardines, una plaza y hasta una escultura. La primera calle que se urbanizó, acordada con los vecinos, fue Núñez Losada, y la segunda Miguel Ángel. Cuando se urbanizó la calle Mayor, la que vertebra el barrio, celebraron una gran fiesta, se había acabado para siempre una pesadilla.
Chamberí optó por la cultura. Formaron una escuela de folklore para niños, un grupo de danzas, una rondalla infantil y un grupo de teatro que llevó el nombre de “Riada”. Desde el principio solicitaron locales para jóvenes y la tercera edad. En resumen, cuando comenzó la andadura de la Corporación democrática Chamberí tenía 167 ancianos, todos con bajas pensiones, y equipos de fútbol en las categorías de alevín, infantil y juvenil, pero tenían que jugar en un campo privado por no tener uno público.
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4 comentarios en «Un ejemplo a seguir»
Sr. Málaga, ayer le vi a Vd por la Rúa Mayor, iba Vd con la cabeza mirando al suelo, le ruego pasee por ella mire a los lados y hacia arriba y vea cómo la calle está invadida de mesas, sillas, marquesinas, carteles, sombrillas, y los comercios languidecen porque la gente no puede ver ni los escaparate y a veces no es posible ni entrar, dependiendo de las horas.
en algunos momentos sólo se ve desde el corrillo la torre de la catedral, porque la calle no se ve, es un mar de hosteleria ocupando la calle y los petatones van como hormigas. el ayuntamiento ha entregado la calle a la hostelería.
Sólo un apunte. Antes de doña Aurelia Lopez, muchos otros lucharon por el barrio, jóvenes y mayores. No fue labor solamente de una sola persona. Con todos los respetos.
Antes de Aurelia Lopez otros muchos lucharon por el barrio. Jóvenes y mallores. No podemos centrar el mérito en una sola persona. Con todos los respetos.
Si tanta nostalgia siente de este barrio, debería al menos hacer una critica sobre la situación actual, en la que algunas personas tienen que abandonar este y su vivienda por la caterva de delincuentes que campan a sus anchas por el, sin atención debida policial y absoluto desprecio de las instituciones. Siguen con su empeño de crear un gueto.