[dropcap]H[/dropcap]asta 1968 Tejares era un pueblo más de la provincia de Salamanca. Poblado por algo más de 200 habitantes, se unió a la ciudad pasando a ser uno de sus barrios periféricos. Este pueblo entró de lleno en la historia de la literatura española por ser el lugar de nacimiento de Lázaro de Tormes, en el molino del pueblo. También tuvo importancia por acoger la residencia de verano de los marqueses de Castellanos, hoy Centro de Educación Vial, y por venerarse en su iglesia una imagen milagrosa de la Virgen, bajo la advocación de la Salud, a la que Salamanca entera tiene mucha devoción. El convento de la Úrsulas poseía una finca en su término municipal.
En 1979 padecían de restricciones de agua. El líquido elemento llegaba a sus grifos con poca presión por ser el final de la red. Los cortes en el suministro eran frecuentes, la potabilizadora de Carbajosa de la Sagrada se había quedado pequeña para la creciente demanda de los barrios de la margen izquierda del Tormes. Inmediatamente después de nuestra toma de posesión solicitamos una nueva potabilizadora al INUR.
Sus calles estaban sin urbanizar y los desagües en muy malas condiciones de conservación. Solamente conocían el asfalto la carretera a Portugal, que dividía el caserío en dos mitades, y la calle donde tenía la parada el autobús. Su única zona verde era el parque del Lazarillo, que ellos denominan “La Fuente”, que carecía de servicios y de juegos para niños. Nuestras primeras medidas fueron dotarlo de bocas de riego y limpiarlo a fondo. Aportamos 250.000 pesetas para material y los vecinos, con prestación personal, atendían a su mantenimiento.
El pueblo, atravesado por una carretera internacional, carecía de semáforos, con el consiguiente peligro para los niños y ancianos que la atravesaban a diario. El autobús mantenía una periodicidad mínima, un servicio cada media hora, con parada en la Gran Vía en vez de la Plaza del Mercado como los autobuses del resto de los barrios, creando al vecindario problemas para enlazar con otros destinos.
Carecían de centro cívico y de casa de cultura. Aprovechamos una inversión de un millón de pesetas y las aportaciones del trabajo personal para ubicar ambos servicios en el edificio del antiguo Ayuntamiento. Tejares carecía también de un centro sanitario para atender a la población de ese cada vez más poblado barrio.
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