El principal encausado por la muerte de un delincuente y por las brutales heridas que sufrió su cuñado hace ahora dos años, cuando se hicieron pasar por falsos guardias civiles para intentar robarle un cargamento de hachís a cuatro traficantes de Algeciras y Ceuta, reconoció este martes que fue el autor de las lesiones mortales que recibió el fallecido. Intentó exculpar a su mujer y a su primo, que le acompañaban aquella noche, pero ofrecieron algunas explicaciones inverosímiles que chocaron con la versión del superviviente y las averiguaciones de la Guardia Civil. El cuarto procesado está huido.
Los hechos ocurrieron la noche del 6 de diciembre de 2016, cuando se descubrió lo que parecía un accidente de tráfico ocurrido a las 23.25 horas en el kilómetro 364 de la carretera N-630, a su paso por el término de Beleña.
Una llamada alertó al 112 del siniestro, y dijo que se había salido un coche de la carretera y que dos personas habían quedado atrapadas en su interior.
Cuando acudieron los equipos sanitarios y la Guardia Civil de Tráfico descubrieron el cadáver de un hombre J.L.J.E. de 41 años y malherido a su cuñado, B.H.C. de 52, que fue evacuado al hospital Clínico.
Al examinar los cuerpos, vieron que ambos presentaban heridas por arma blanca.
Las víctimas eran dos delincuentes que se hicieron pasar por guardias civiles para tratar de robarle el cargamento de hachís que llevaban cuatro traficantes de Algeciras y Ceuta (del barrio del Príncipe) que intentaron vender la droga en Salamanca en vísperas de la Nochevieja Universitaria, no pudieron y cuando regresaban al sur fueron interceptados en Beleña por los falsos guardias civiles, que sabían que en ese coche había mucha droga.
Los camellos sospecharon que no eran auténticos agentes y los acuchillaron, los metieron de nuevo en el coche y se hizo lo posible para que pareciera un accidente de tráfico, al menos durante el tiempo suficiente para poner tierra de por medio.
Los traficantes contactaron en una gasolinera de Santa Marta con una mujer para mostrarle parte de la mercancía, pero no cerraron el trato.
Ella avisó entonces a J.L.J.E. y a su cuñado, B.H.C., para que fueran tras ellos para robarles la mercancía.
Los tres juzgados este martes en la Audiencia Provincial de Salamanca (el cuarto está fugado) tenían consensuada su versión de los hechos contradiciendo algunas evidencias, como el número y gravedad de las puñaladas que recibió el superviviente, y explicando algunos detalles inverosímiles, como cuando dijeron que el declarado en rebeldía recuperó las llaves del coche en el que circulaban rasgándole el bolsillo a J.L.L.E. antes de morir, porque, según dijeron, se las había arrebatado para retenerlos en el punto de la autovía donde se produjo el incidente.
B.H.S. el falso guardia civil que quedó malherido declaró, además, que la mujer del autor confeso de las puñaladas mortales que recibió J.L.L.E, participó en la refriega rociándole la cara con spray de gas pimienta antivioladores, echando por tierra los intentos del homicida confeso de exculparla.
Igual suerte corrió el empeño del matrimonio procesado por exculpar a su primo, que iba de copiloto en el coche de los traficantes. Dijeron que no llegó a salir del coche, como si con él no fuera la cosa, cuando el superviviente dijo que los cuatro estaban fuera participando en el ataque «violento» contra quienes intentaron robarles la droga.
Durante el juicio negaron que llevaran droga (solo una pastilla de muestra para enseñársela a su contacto de Santa Marta) y que no sabían qué iban buscando los delincuentes que los asaltaron en la autovía.
El autor confeso del homicidio dijo que cuando los pararon, les quitaron las llaves del coche y les pidieron que les entregaran lo que llevaban y llegaron a registrar el coche. Para presionarlos dice que sacaron del coche a su mujer. Siempre según su versión, cuando volvieron al coche él se bajó y roció el interior del vehículo de los falsos guardias civiles con el spray de gas pimienta que cogió del bolso de su mujer «y luego saqué la navaja. Primero fui a por Bernardo, que tenía una pistola, y le apuñalé de cintura para arriba. Luego bajó Juan Luis y me quiso pegar. Me lanzó un zurdazo, pero falló y le di tres puñaladas. La primera en el costado, la segunda en la espalda y sin ninguna intención le di la tercera en el corazón. Esa fue la tercera. No sabía que le di en el corazón. Pensaba que se llevaban a mi mujer y empecé a pinchar a diestro y siniestro por pánico y miedo. Era de noche,… Luego ellos se fueron por sus medios», declaró.
El fiscal pide veinte años de prisión para J.M.H., doce y medio por el homicidio consumado de J.L.L.E. y 8 por tentativa de homicidio de B.H.S.
Para cada uno de los otros dos juzgados solicita siete años y medio por el homicidio consumado y dos años y medio más por la tentativa de homicidio sobre B.H.S.