Opinión

Hospital del Estudio (para curar a los universitarios pobres)

Detalles: arquivoltas con cardinas y diversas figuras.
Detalles: arquivoltas con cardinas y diversas figuras.

 

[dropcap]E[/dropcap]n un nuevo viaje al pasado, entre los siglos XV y XVI, como en vuelo de halcón, observamos una concentración de pequeñas casas junto a la calle más romana de nuestra ciudad (que ya conocerán los lectores que nos siguen).

Unos siglos antes, en la zona que ocupa actualmente el Hospital del Estudio en el Patio de Escuelas Mayores, pudimos ver el palacio de doña Urraca y su esposo don Raimundo de Borgoña, repobladores de Salamanca a comienzos del siglo XII por orden del rey Alfonso VI; y aún más siglos atrás, en ese mismo punto, observamos la ubicación del pretorio, es decir, la tienda-residencia del general romano recién llegadas las tropas a este «castrum».

Ralentizando la velocidad para volar a menor altura, nos llamó la atención dentro de aquel grupo de casas la del Midrás (sede de la oración y estudio de los judíos) y un pequeño hospital (del que se conoce su existencia por las Constituciones del Papa Martín V de 1422) que parecía necesitar ciertos arreglos y una ampliación debido a su escaso espacio.

Fachada principal en el Patio de Escuelas, potenciada en las obras de 1472.

Tuvimos que sobrevolar en círculo varias veces la zona porque no encontrábamos el Patio de Escuelas Mayores, ya que el acceso al Hospital del Estudio y al Patio de Escuelas Menores se hacía por un angosto callejón; no fue hasta los años 1609-1611 cuando la Universidad derribó edificios propios para hacer el gran espacio que hoy disfrutamos.

La historia es que, para curar las enfermedades de los estudiantes pobres, la Universidad creó su propio Hospital a iniciativa de fray López de Barrientos, confesor del rey Juan II, donando el monarca en 1413 unas casas que pertenecían a la Aljama judía. Pasan los años y necesita restaurarse en 1472, añadiendo solares a partir de 1480; con el diseño de nuevas dependencias, entre 1529 y 1542 no para de adquirir más casas, año este último en que queda exteriormente con la apariencia de hoy día; la capilla, renovada también, se concluye en 1546. Atendiendo a las apreciaciones por aquella época de Pedro Chacón, la Universidad podía sentirse muy orgullosa de su Hospital pues «se curan cada año gran número de (es)tudiantes enfermos con tanto cuidado y limpieza y con tan buen recaudo de todo lo necesario como el más aventajado de Europa».

Castilla y León (centro) y escudos de los RRCC con el águila de S. Juan, entre 1469 y 1492
Castilla y León (centro) y escudos de los RRCC con el águila de S. Juan, entre 1469 y 1492

Cogiendo altura de nuevo nos orientamos hacia el sur, sólo un poquito más allá, en la ribera del Tormes, junto al actual Museo de Automoción; al lado de un desaparecido puerto fluvial romano nos encontramos con la iglesia de San Nicolás de Bari, existente antes de la repoblación pero que aparece en unos documentos de 1180.

El Cabildo decide donarla en 1419, junto con su cementerio y la casa del ermitaño, a cambio de seis pares de gallinas en dinero de por vida para la iglesia de San Salvador; su nueva propietaria, la Universidad, ve en ella el último descanso para los estudiantes que mueren en el Hospital del Estudio.

Alfiz con la Anunciación: el Ángel (izq.) y la Virgen (der.). En el tímpano, Santo Tomás de Aquino
Alfiz con la Anunciación: el Ángel (izq.) y la Virgen (der.). En el tímpano, Santo Tomás de Aquino.

En 1550 el Consejo Real insta a la creación de una Cátedra de Anatomía, de un Teatro Anatómico como los que ya iniciaban su andadura en otros países; en 1554 ya estaba hecho el nuevo edificio junto a la iglesia y se estipuló que fueran 12 los cadáveres necesarios para la disección general y otros 12 para la disección por partes. La riada de San Policarpo de 1626 asoló esta zona, en 1796 se abandonaron los inmuebles por ruina y en 1802 se demolieron.

Detalles: arquivoltas con cardinas y diversas figuras
Detalles: arquivoltas con cardinas y diversas figuras.

Después de comprobar el buen recaudo de sus restos, estos Pesquisidores alzamos el vuelo muy muy alto para contemplar todas las épocas desde el «cielo de Salamanca».

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