Este viernes se ha hecho realidad. Salamanca entra a formar parte de las ciudades que censuran un concierto por ideología. El Ayuntamiento de Salamanca tendrá que abonar 500€ por cancelar el concierto de Los Chikos del Maíz, previsto para el 10 de enero, en la Sala B del CAEM, contratado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes y con todas las entradas vendidas
El consistorio ha alegado que después de conocer el contenido de algunas de las letras del grupo valenciano, «hacen apología de la violencia extrema», se comenzó a estudiar jurídicamente la posibilidad de cancelación del concierto, para el que las entradas estaban agotadas, nada más puestas a la venta.
Al suspender el concierto el Ayuntamiento de Salamanca deberá abonar 500 euros al grupo en concepto de compensación por la cancelación, confirmaron a Ical fuentes municipales.
Ya el pasado 19 de diciembre, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, confirmó el inicio de las gestiones para la cancelación del concierto al querer «una ciudad de concordia, dentro de los ámbitos de moderación, reflexión sosegada, serena y de debate, pero siempre teniendo por antonomasia que poner el acento en la ordenada convivencia».
Por ello, aseguró no estar de acuerdo «con grupos o personas, sean políticos o tengan la actividad en el ámbito que sea, que inciten a la violencia», en relación a algunas de las letras de Los Chikos del Maíz. «Por lo tanto, cualquier expresión de este tipo que incite a la violencia es incompatible con lo que queremos para Salamanca: que sea un ejemplo de concordia y moderación», sentenció.
Por su parte, la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca, María Victoria Bermejo, reconoció durante el último pleno municipal, celebrado el pasado 27 de diciembre, que fue «un error» incluir un concierto de Los Chikos del Maiz en la programación de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes para el primer trimestre de 2020.
Y es que, a su juicio, las letras de esta formación hacen «apología de la violencia extrema» y en sus canciones «se da cabida a mensajes que invitan al puñetazo, a la patada en el vientre o al ahorcamiento», y se preguntó sobre «qué ejemplo vamos a dar a nuestros jóvenes admitiendo la violencia por bandera».