La investigadora en la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, Núria López-Bigas, recibió este martes el premio ‘Doctores Diz Pintado’, que concede la Fundación de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca, por su trabajo «reconocido internacionalmente» en genómica del cáncer.
C.T.M./ ICAL. López-Bigas, que consideró «un honor» ser la primera mujer en recibir el premio, en su novena edición, por pertenecer así a «una lista de premiados que da prestigio» al galardón, incidió en la importancia de «llegar a una igualdad en la visibilidad» porque «hay muchas mujeres que hacen un trabajo en investigación en cáncer muy bueno y de alta calidad».
La investigadora catalana, que hizo extensivo el premio al grupo de investigación en el que trabaja, explicó que su labor y la de su equipo se centra en la «biología computacional» para analizar «las mutaciones en el genoma de las células tumorales».
Así, con su trabajo en el laboratorio, López-Bigas y su equipo pueden observar «el genoma de las células tumorales» a través de «técnicas de secuenciación masiva» para comparar así «el genoma del tumor con el de células no tumorales» e identificar, con ello, «las mutaciones somáticas del tumor». Es decir, los cambios que sufren las células tumorales, como «causantes del cáncer», y que no tienen el resto de células del cuerpo humano.
Conocer estas mutaciones que provocan la aparición de tumores cancerígenos «tiene muchas aplicaciones», como explicó la propia investigadora, que detalló que permite «conocer el desarrollo del cáncer para hacer nuevas terapias y tratamientos que frenen el desarrollo tumoral», además de facilitar una «medicina personalizada o de precisión». Y es que «cada tumor es distinto porque tiene un conjunto de mutaciones causantes del cáncer que no son iguales».
Es por ello que desde el laboratorio en el que trabaja López-Bigas tratan de conocer «cómo han ocurrido las mutaciones» a través de la secuenciación de «unos genes del genoma del tumor del paciente» con los que poder generar «nuevas terapias y medicina personalizada», puesto que «los análisis nos hacen pensar que quizá no sea bueno el mismo tratamiento para todos los pacientes» y toca «afinar según las características moleculares de cada tumor».
En concreto, y en la actualidad, el grupo interdisciplinar dirigido por la investigadora catalana, formado por biólogos, médicos, matemáticos e ingenieros informáticos que trabajan con datos de pacientes de países de toda Europa, así como de China, Estados Unidos y Canadá, explora «si con estos análisis computacionales podemos ver si hay mutaciones causadas por la quimioterapia, porque algunas afectan al ADN y pueden causar mutaciones en las células del paciente».
«No significa que no debamos tomar quimioterapia, porque salva muchas vidas, pero sí es importante entender qué efecto tiene y tener este conocimiento sobre su incidencia en las células nos ayuda a entender el rol de estas mutaciones en el desarrollo de tumores secundarios», explicó López-Bigas, quien aseguró, no obstante, que es «solo un primer paso, porque todavía no se puede aplicar en la clínica».
Pacto por la investigación
Tras explicar la naturaleza de sus investigaciones, que hacen a López-Bigas merecedora del IX Premio Nacional de Investigación en Cáncer ‘Doctores Diz Pintado’, la científica catalana se refirió al momento en el que se encuentra la investigación en España, solicitando al nuevo Ejecutivo nacional «que la financiación y las políticas científicas no dependan del Gobierno que tengamos en cada momento».
Y es que, tal y como reivindicó López-Bigas, «los gobiernos duran periodos cortos de tiempo, de máximo cuatro años, pero la ciencia es una inversión del país y de la sociedad a largo plazo y no puede estar supeditada a qué partido gobierne o a si tenemos nuevas elecciones». Por ello, pidió a todos los grupos políticos un «pacto de país para la ciencia, con decisiones a muy largo plazo que genere menos incertidumbre y ansiedad entre los científicos».
No obstante, y tal y como explicó la científica catalana, su proyecto depende de la financiación europea, actualmente de dos millones para cinco años gracias al European Research Council, debido a que «la financiación nacional es mucho más pequeña en comparación» y no permitiría un proyecto «tan ambicioso» con el que se podrán conocer, con más precisión, las mutaciones de las células cancerígenas para establecer terapias personalizadas.