Un avión comercial de la aerolínea Air Canada tuvo que sobrevolar durante cinco horas el cielo de Madrid y parte de Castilla La Mancha debido a la avería que sufrió al despegar del aeropuerto de Barajas.
El piloto sintió que al despegar con destino a Toronto le faltaba una rueda del tren de aterrizaje que estaba reventada y que un motor había quedado inutilizado porque le habían entrado piezas del tren de aterrizaje.
El piloto anunció lo ocurrido a la torre de control y a los 130 pasajeros y el resto de la tripulación, formada por once personas, y comunicó que tendrían que estar dando vueltas durante unas tres horas para gastar el combustible para facilitar un aterrizaje de emergencia con más garantías de seguridad.
Lo hizo a una altura más baja de lo habitual, lo cual alertó a los madrileños, y adentrándose en Castilla y La Mancha para regresar de nuevo a Madrid y así durante cuatro horas. La pesadilla empezó a las 14.57 horas, con un despegue de casi dos horas de retraso respecto a la hora prevista, y pudo aterrizar sin incidencias a las 19.07 horas, con una ovación del pasaje al piloto que mantuvo la calma durante toda la tarde.
El avión, un Boeing 767-300, no tenía el mecanismo que permite arrojar el combustible en vuelo para afrontar incidentes como este, pero sí podía aterriza sin una rueda y sin uno de sus motores.
Al final, y tras varias horas de tensión e incertidumbre, todo se quedó en un susto.