La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, advirtió este lunes de que el desfase del presupuesto del Servicio Público de Salud en 2019 podría alcanzar los 1.200 millones, según la previsión del gasto real que maneja su departamento, y que de los casi 3.600 millones asignados a la Consejería en las cuentas prorrogadas del pasado año el gasto podría cerrarse entre 4.400 y 4.700 millones.
La cifra es muy superior a lo que la propia consejera anunció durante su comparecencia de legislatura en las Cortes, en el mes de septiembre, cuando vaticinó una desviación de en torno a 830 millones de euros. Casado justificó que a la deuda de años anteriores se suma la concurrencia de diferentes factores, como la propia prórroga presupuestaria, el aumento de los gastos por obligaciones de contratos y los incrementos salariales. También, partidas vinculadas a sentencias judiciales, como la carrera profesional, además del incremento retributivo de todos los empleados públicos, que supone un aumento de cuotas a la Seguridad Social.
En este sentido, señaló que de cara a la elaboración del presupuesto 2020, el primero de la consejera, mantiene un “trabajo” directo con la Consejería de Economía y Hacienda. “La idea es ver el dinero que tenemos y nuestras necesidades para mantener la atención sanitaria de calidad”, explicó, para recordar que además es necesario el apoyo a la docencia y la investigación.
Estas declaraciones, precisamente, las realizó en la Facultad de Medicina de Valladolid, durante la entrega de los premios anuales de investigación biomédica del Área de Salud Este. En este sentido, la consejera insistió, como en otras ocasiones, en que sería fundamental dedicar entre el siete y 7,5 por ciento del PIB a sanidad y ensalzó los grupos de investigación de Castilla y León. También la inyección que se recibe a este respecto procedente de empresas privadas, que unida a la acción de Sacyl y universidades “permite una investigación de calidad”.
Por ello, incidió en que las “necesidades son infinitas y los fondos limitados”, por lo que reclamó financiación para atender “la calidad sanitaria y la colaboración en investigación, que no solo es biomédica, sino también digital y de otro tipo, vital para la sostenibilidad del sistema”.
Igualmente, lanzó un mensaje al sector formativo: “España tiene muchas facultades de Medicina. Hay que incrementar el número de profesionales, pero con una redistribución gracias a una planificación de la formación especializada”. A su juicio, existen modalidades “con una gran carencia” de médicos. “Tenemos que trabajar con el Estado y las universidades para hacer una prospección de esas especialidades”, insistió.