Joaquín Sabina permanece ingresado en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Ruber Internacional, donde fue trasladado el miércoles por la noche tras caerse al foso del escenario durante un concierto con Serrat, en el Wizink Center de Madrid.
El cantautor anunció la suspensión de la actuación y comunicó que se posponía hasta finales de mayo. Lo hizo sentado en una silla de ruedas que empujaba Serrat, minutos después de sufrir una aparatosa caída, presumiblemente al quedar deslumbrado por un foco que le impidió ver el final del escenario.
Como consecuencia del golpe sufrió un golpe en el hombre y en la cabeza. El cantante solo se quejaba del dolor en el hombro cuando se despidió de sus seguidores.
Una vez en el hospital, fue sometido a pruebas y en una resonancia se le apreció un hematoma cerebral, presumiblemente producido por el golpe en la cabeza durante la caída (Sabina sufrió un ictus en 2001).
Un día después de la operación, la clínica ha emitido un parte médico en el que se indica que sigue en la Uci y evoluciona favorablemente.