[dropcap]A[/dropcap]unque Steve Wozniak ha dicho con frecuencia que él y Steve Jobs no crearon Apple en un garaje, como se suele escuchar, la historia es tan potente que resulta comúnmente aceptada. Así, cualquier inicio humilde que pudiera replicar semejante proceso de éxito lleva a pensar enseguida en el Apple I y la forma en la que cambió el mundo.
Juanma de Saa/ICAL. Una imagen similar viene a la mente al conocer el taller en el que se creó la primera bicicleta eléctrica diseñada y fabricada por la firma netamente zamorana Bestia Bikes, que no aspira a cambiar el Planeta pero que sí cree firmemente en la sostenibilidad.
Darío Manzano, arquitecto y profesor de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora, y Roberto García, empresario de hostelería y Dj, pusieron en marcha casi por casualidad esta empresa hace poco más de un año para satisfacer la petición de un amigo, que quería una bicicleta especial.
“Siempre he andado con herramientas y tenido motores y siempre he estado desmontando y montando. Un buen amigo me propuso hacer un indefinido elemento para moverse por la ciudad de una manera un poco más sostenible”, explica Darío Manzano. “Se movía en el concepto de los monopatines y, a partir de ahí, empezó la idea. Viendo un poco la desregulación que hay en este tipo de elementos, al final decidimos hacer una bicicleta, que fue el primer prototipo que hicimos: una bicicleta eléctrica que todavía está rodando por ahí perfectamente”, apunta.
Aquella bicicleta primigenia fue la primera ‘bestia’, fabricada durante el verano de 2018 para un ciclista de dos metros de estatura, lo que obligó a otorgarle a la máquina unas características especiales en cuanto a dimensiones y potencia. “Se supone que eso no era germen de nada, sino un prototipo, una bici que se iba a quedar en eso. Viendo el éxito de la bicicleta al ir por la calle, que la gente miraba y preguntaba de dónde había salido, decidimos aventurarnos en hacer algo un poco más allá y ver si éramos capaces de producir”, explica.
El taller cuenta con algunas máquinas construidas ad hoc para fabricar y ensamblar las bicicletas por el propio Darío quien, además de sus proyectos de arquitectura y de sus clases de CAD y modelos virtuales relacionados con la tecnología en el diseño de interiores, sacó tiempo para constituir con Roberto García la sociedad limitada Bestia Bikes Custom Cycles. “Empezamos a ver todo, compramos producto, vimos fabricantes y proveedores y centralizamos en Zamora toda la producción”, indica. “La primera bici llamaba mucho la atención. De hecho, la aventura ha sido gracias a ese punto de inicio del interés de la gente por el vehículo. La verdad es que es diferente. Es un vehículo que facilita la movilidad y no es una bicicleta al uso, aunque lo sea a efectos legales”, anota.
Las bicicletas ‘Bestia’ se construyen a demanda, con “mucha parte técnica y mucha tecnología, aunque es muy importante también la parte artesanal”. Respecto a las posibilidades de este tipo de bicicletas, pueden surgir dudas sobre sus límites, tanto por velocidad como por la capacidad a la hora de subir pendientes como la de la cuesta del Bolón, una de las más conocidas de la capital zamorana. “Cualquiera de nuestros modelos la sube sin problemas. En cuanto a la velocidad, tiene un motor que empuja hasta un límite de 25 kilómetros por hora, que es el máximo que prescribe la Ley”.
La empresa fabrica, por ejemplo, la Bestia MK 1250 A, su bicicleta estándar más robusta, con un motor Bafang de 250 vatios y ruedas Kenda de 20 pulgadas, y la Bestia MK 1250 C, de tres velocidades, con múltiples opciones de personalización y de incluir extras.
Lo cierto es que la bicicleta eléctrica redefine el concepto del propio vehículo y de la movilidad. El motor ayuda, empuja, no ofrece resistencia a la carretera, incluso en las cuestas, además de ofrecer varios grados de asistencia en función de lo que el ciclista desee mover las piernas.
La combinación de todas esas variables se traduce, como es lógico, en la duración de la batería. Es decir, para ciclistas sumamente vagos, una carga completa de la batería dará para medio centenar de kilómetros, más que suficiente para la mayoría de los perfiles de usuario. “Tarda dos horas en cargar. No es un problema de tiempos y nadie se va a hacer más de 50 kilómetros en un día con una bicicleta de estas. Es decir, que podemos cargar y recargar por las noches la batería. Incluso se puede tener más de una batería porque es de quita y pon mediante un juego de llaves”, apunta el fabricante.
Demanda creciente
La demanda de bicicletas eléctricas crece a ojos vista y, de hecho, según una encuesta realizada a los vendedores, de las 470.000 bicicletas vendidas en 2019 en Bélgica, más de 238.000 fueron de ese tipo, lo que convierte al mercado belga en el primero del mundo en alcanzar esa ratio, una clara advertencia de los derroteros para el futuro cercano.
Por lo que se refiere a los precio de las ‘Bestias’, oscilan entre los 1.800 euros del modelo básico “que ya viene muy bien equipado”, hasta los 2.600 de máquinas más completas, sin que la inversión total se vea incrementada por el pago de un seguro, ya que “no lo necesita porque, en realidad, es una bicicleta”.
Eso sí, se ve sometida a las normativas municipales y al reglamento de circulación, tenga o no tenga motor. “Si te obligan a tener casco, tendrás que tener un casco y si no, no. Es una bicicleta como la que tenemos en casa para salir los domingos. No necesita seguro, no necesita una homologación, sino un certificado de fabricante, que emitimos nosotros, y nada más. La bicicleta está lista”, aclara.
“La apariencia engrandece la bici, es decir, no la ves como tal. A efectos de usuario, hay un respeto mayor porque no parece una bici, sino un vehículo mayor, tipo motocicleta o ciclomotor. La bicicleta está dotada, en uno de los complementos, con luz trasera y delantera y, al final, ese respeto que estamos los usuarios pidiendo a gritos, con este tipo de bicicletas, casi aparece improvisado por la propia circulación”.
El mundo global juega a favor de la tecnología aplicada en Zamora para una empresa que no se marca límite alguno. “Por supuesto que nuestra zona de ventas no se limita a Zamora. Podemos hablar de que 1.800 euros puede ser un precio elevado para Zamora pero, desde luego, entrando en ciudades como Barcelona o Madrid o, incluso, en el extranjero, estos son precios para bicicletas de la máxima calidad son más que competitivos”, asegura Darío. “Nosotros fabricamos muchas de las piezas de tecnología, mecanizados, entre Zamora y Valladolid. Podemos desarrollar este producto incluso sin localizarlo en un edificio, o sea, que casi es más la gestión de cómo hacer una cosa con empresas cercanas, también, reduciendo la huella de carbono, buscando la sostenibilidad con el producto terminado y desde su propia fabricación”, destaca. “O sea, que se puede fabricar en Zamora pero la capacidad de crecimiento se adaptará a la demanda. Si tuviéramos que fabricar ahora cien bicicletas en un mes, seríamos capaces de hacerlo”, rubrica.
A pesar de los dictados del mundo global, los creadores y gestores de la firma no necesitan la ayuda de las grandes distribuidoras y valoran su propio portal y tienda bestiabikes.com y el no desdeñable espaldarazo del boca a boca.
David Rodríguez ya se ha puesto el casco y está dispuesto a probar por primera vez una bicicleta eléctrica que, por cierto, no hace el menor ruido y cuyo peso oscila entre 25 y 29 kilos. “El botón de encendido está a la izquierda y esta pantalla nos indica los niveles de asistencia y los kilómetros hora y recorridos y el nivel de batería. A la derecha hay un cambio mecánico de tres velocidades, freno y timbre”, explica Darío al posible comprador, que se monta, da la primera pedalada y avanza rápidamente con la máquina. “Una pasada. Me gusta mucho. Según le das, se lanza y, según pillas el truco de darle un poco más, coge velocidad. Me vuelve loco la visual que tiene”, concluye, tras la prueba.
1 comentario en «La bicicleta más ‘bestia’ se fabrica en Zamora»
Pero si no han inventado nada. Es igual a la Súper 73 americana, y esa hace años que existe.