La iglesia de San Martín de Tours (la iglesia de San Martín, a secas que es como se conoce) está declarada Monumento Histórico-Artístico y es junto con la Catedral Vieja el edificio románico más significativo de la ciudad del Tormes. Fue levantada en el siglo XII, sobre una construcción anterior y ha sufrido numerosas reformas a lo largo del tiempo. Todas estas acciones han afectado a su estructura y, de hecho, se habría desmoronado si no se hubieran levantado edificaciones por tres de sus cuatro lados. Un convenio entre la Junta e Iberdrola, con participación de fondos europeos (y sin aportaciones la iglesia católica) permitirá su salvación.
El problema estructural de origen estaba documentado y se había actuado sobre él con anterioridad sin llegar a solventarlo por completo. De ahí que, en este caso, se apostase por monitorizar el espacio para disponer de datos reales sobre su estado. Los primeros sensores se colocaron en 2015 y desde entonces no se ha dejado de observar el comportamiento del inmueble.
Con la información aportada por la monitorización y los estudios e informes que se han ido realizando de forma paralela, entre ellos un levantamiento de precisión que resultó clave para la comprensión del comportamiento estructural del templo, pudo confirmarse que el edificio ha sufrido distintas transformaciones como resultado de la evolución de sus fábricas y que aunque la trama urbana en la que se halla inmerso le ha perjudicado en algunos aspectos, también ha propiciado que se mantenga en pie. La principal conclusión de los informes y del estudio de evaluación estructural realizado por la Junta de Castilla y León es que las cargas que soportan los muros románicos del edificio están descompensadas y es necesario realizar una redistribución para mejorar el margen de seguridad estructural.
Peso de la cubierta
El estudio de evaluación estructural fue el pilar sobre el que trazar el proyecto más adecuado para el edificio. La actuación que se está desarrollando actualmente está sirviendo para modificar los puntos de apoyo de la cubierta actual, que se restauró durante la década de los noventa, para distribuir mejor su peso sobre los muros románicos, trasladando y centrando de este modo las cargas.
La acción tiene un plazo de ejecución de seis meses y se suma a las llevadas a cabo hasta el momento dentro del Plan que han supuesto una inversión cercana a los 356.000 euros. Junto a la intervención en la cubierta, a lo largo de los últimos años, se han ido acometiendo actuaciones urgentes para paliar los problemas de desprendimientos y pérdidas en la estructura. Así, por ejemplo, en 2015, se actuó en el primer tramo de la nave del Evangelio, sobre la llamada Puerta del Obispo, que concentraba buena parte de los daños.
Los trabajos permitieron, además, recuperar paulatinamente el acceso por la puerta norte del templo y acondicionar un punto informativo y de recepción de visitantes inaugurado en 2017. Del mismo modo, se mejoró el acceso a la Capilla del Carmen, donde se conserva una rica portada románica con policromía original y se le dotó de una iluminación más acorde con el conjunto y más eficiente.
La actuación en la cubierta es prioritaria, pero no será la última ni la única que se lleve a cabo en el edificio. Mientras se corrige y solventa el problema estructural, se trabaja en la redacción de un nuevo proyecto que permita acomodar el inmueble a los requerimientos de un espacio situado en pleno corazón de una ciudad histórica, que compagina su uso litúrgico con el interés artístico e histórico que despierta entre los muchos visitantes que pasan cada día frente a sus puertas.
Las deformaciones existentes en pilares, arcos y bóvedas de las tres naves de la iglesia de San Martín de Tours, fruto de la propia construcción y de diferentes modificaciones del edificio a lo largo de su historia, han justificado un estudio completo de la secuencia constructiva del edificio, incluyendo un análisis de la evolución de su arquitectura, abordado por varios equipos multidisciplinares coordinados entre sí, que actualizan el conocimiento sobre este bien de interés cultural desde diferentes perspectivas.
El objetivo de esta investigación desarrollada a lo largo de dos años ha sido obtener el diagnóstico más preciso posible del estado actual del monumento para abordar su restauración con toda la información disponible que permita conservar el legado patrimonial que custodia, tal y como se ha explicado en la jornada técnica de hoy, en la que han participado algunos de los expertos que han desarrollado las investigaciones.
Convenio
Este proyecto de estudio del edificio y su rehabilitación ha recibido un nuevo impulso este martes con la firma del protocolo de colaboración entre la Junta de Castilla y león y la Fundación Iberdrola para dar continuidad al Plan Románico Atlántico durante los próximos cuatro años (2020-2023), en el cual se incluyen las actuaciones sobre la iglesia de San Martín.
El plan Románico Atlántico es un proyecto de cooperación transfronteriza y colaboración público-privada (la parte privada la aporta Iberdrola) para conservar, restaurar y poner en valor el patrimonio cultural de las provincias de Zamora y Salamanca y las regiones fronterizas de Porto, Vila Real y Braganza, gracias al convenio que la Fundación Iberdrola España mantiene paralelamente con el Ministerio de Cultura del Gobierno de Portugal.
Las acciones desarrolladas por la Junta de Castilla y León estarán cofinanciadas por el Fondo Europeo para el Desarrollo Regional (FEDER). Junto a las actuaciones en los edificios, Románico Atlántico continuará fomentando la dinamización de los territorios en los que actúa para generar desarrollo socioeconómico, mediante la puesta en marcha de acciones culturales y divulgativas, como la jornada celebrada hoy en la iglesia salmantina de San Martín de Tours.