Zona peatonal

[dropcap]Q[/dropcap]uien más, quien menos, alguna vez ha sentido cerca de sus canillas el morro de un coche o una furgoneta de reparto en la calle Toro y aledañas.

Las calles peatonales, que lo son solo de cara a la galería y para decir que las hemos peatonalizado para mejorar el bienestar y el progreso de los salmantinos, por la mañana están en manos de los repartidores hasta las once, aunque a veces parece que están todo el día.

No pasaría nada si la gente no tuviera esa manía de salir a hacer sus cosas o darse una vuelta, y no tuviera mejor idea que caminar por las calles peatonales creyendo que eso le protege, cuando ignora que lo son solo de boquilla. Por eso, a veces siente si darse cuenta el morro de un coche cerca de sus canillas.

Como la sangre no llega al río, los del número uno de la Plaza Mayor ni se inmutan, y siguen a lo suyo, que suele ser poca cosa, aunque el sueldo les caiga de todas formas, como a los futbolistas, aunque no hagan nada.

Ellos han encargado que se pinte en el suelo que entras en una zona peatonal, ponen cuatro cámaras que no funcionan y veinte maceteros tochos con la separación suficiente para que pasen los repartidores, y ya tenemos el decorado, aunque luego a veces algo con ruedas pasa a unos centímetros de ti.

Habitualmente lo hacen con cuidado, pero con todo es suficiente como para hacerte sentir como un invasor y vulnerable, porque estamos expuestos a un atropello peatonal.

Se trata de buscar un equilibrio entre repartidores y peatones en zonas en teoría reservadas para ellos (aunque en realidad no lo son) porque ahora el trato está muy descompensado a favor de las furgonetas y camiones.

Hay horas en las que disminuye ostensiblemente el tránsito peatones por su zona y es cuando convendría concentrar la carga y descarga, porque ya me dirás tú si las diez y, sobre todo, las once de la mañana son horas de ir acercando el morro de los coches a las canillas de la gente.

Entre las terrazas y la carga y descarga, ya pueden ponernos pintadas en el piso diciendo que estamos en zonas peatonales y que los del Ayuntamiento se desviven por nosotros. Tenía que ocurrir alguna desgracia, y al final ocurrió.

Y ahora, que muevan esto los del departamento de manipulación y propaganda del alcalde en esas cuentas de Twitter tan de pego como las zonas peatonales.

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