Opinión

El populismo leonés

 

[dropcap]U[/dropcap]nas semanas han pasado desde que el Reino Unido ha hecho efectivo su abandono de la Unión Europea. La decisión del gobierno de Boris Johnson es la consecuencia inevitable de la victoria en referéndum de los partidarios de abandonar la institucionalidad europea. El llamado Brexit, proceso impulsado por una consulta ciudadana que fue presentada como un paradigma de la democracia, se ha convertido ahora en el desastroso ejemplo de lo que sucede a una opinión pública indefensa ante la demagogia. Solíamos creer que un referéndum era la quintaesencia de la democracia. Ahora sabemos que detrás de esos mecanismos de participación ciudadana, por los que inconscientemente transita el electorado, se esconden curvas peligrosas.

 

Lo del Brexit, y lo de León, son fenómenos que partiendo de diferentes contextos, albergan sorprendentes similitudes. En ambos casos, una clase política, incapaz de hablar con franqueza y mirar a la cara del elector, ha terminado por apuntarse a la miseria intelectual y a los abusos argumentales de todo tipo. De la misma manera que en el Reino Unido, los bulos sobre la inmigración condicionaron el debate sobre su desapego a la UE, en la ciudad de León una lectura perversa de su actual situación ha llevado a culpar a la región de los males que padece la provincia.

El alcalde de León, tiene muy claro, que no es la corrupción de la trama Enredadera que mantiene investigados a decenas de políticos y medios de comunicación de su provincia, lo que les lleva perjudicando años, sino la perniciosa pertenencia a una comunidad autónoma que ha hecho menguar su población, su economía, su industria y hasta su dignidad local e histórica.

En realidad, León, como el resto de provincias que no son la Costa y Madrid, malvive en estos primeros años del S.XXI, porque la estructura del Estado está creada y organizada para satisfacer las necesidades siempre crecientes de las zonas económica y socialmente rentables de España. El resto, llámese Teruel, Soria, Orense o León, no existe. Tampoco pintan gran cosa Salamanca, Ávila o Zamora, ni en general, el mundo rural castellano, (incluido el que hay a 20 kms de Valladolid en cualquier dirección), hoy en peligro de extinción.

La minería del carbón, que fue el potente sector económico leonés durante el siglo pasado, es lo que hacía diferente la estructura económica de esa provincia. Buenos sueldos, buenas y prontas jubilaciones en una actividad que pese a ser nociva para el medio ambiente y la salud, se percibía como infinita. Cuando la U.E. decide descarbonizarse, cosa que se empieza a materializar coincidiendo además con la crisis financiera, de hace ocho años, se produce el colapso de la economía leonesa.

Las quejas sobre la desatención de la Junta que ha esgrimido el alcalde de León son infundadas, como recordaba recientemente el jefe de opinión de un periódico local. León ha sido una provincia particularmente bien tratada en los presupuestos de la Comunidad. Como ejemplo, en las inversiones provincializadas de los últimos presupuestos autonómicos se restó una décima a Soria, para invertirla en León.

Hoy, la única autovía de titularidad autonómica sufragada directamente con la caja de la comunidad, es la A-231, (León-Burgos). No fueron pocas las voces que advirtieron en aquel momento que tal gasto no respondía a una prioridad para la comunidad.Otras provincias y otras infrastructuras que sí resultaban fundamentales, como por ejemplo la conexión de la Autovía del Duero, en su tramo de Zamora hasta Portugal para comunicar Oporto con la meseta, fueron sacrificadas en beneficio de una autovía, que fundamentalmente usan gallegos y asturianos.

Bien es verdad, que la Junta de Castilla y León, presidida entonces por J.J. Lucas, maniobró para evitar polémicas localistas, anunciando la compensación en kilómetros de autovía o vías de alta capacidad al resto de provincias. En Salamanca, nos iba a tocar una con Alba de Tormes. Nada de eso pasó del papel, excepto la León-Burgos que costó 395 millones de euros, de los del año 1997 (cuando se concluyó) y que fueron sufragados al 80% por la Junta de Castilla y León. Su mantenimiento, hoy día, ronda día 19 millones de euros.

La construcción de aquella autovía, no obstante, iba a tener un efecto muy positivo, porque “serviría para vertebrar la comunidad” y en consecuencia aplacar definitivamente la monserga victimista leonesa. Juzgue, querido lector, usted mismo, los resultados.

A fecha de hoy, sólo existe una comarca con reconocimiento legal en toda Castilla y León; la comarca de El Bierzo, cuyo origen se remonta a una ley autonómica de 1991. Hubo mucho interés en que hubiera una comarca del Bierzo con reconocimiento legal especial y ninguno por conseguir que el modelo se extendiera a otras comarcas de la región. Aclaro, que no es culpa de los bercianos gozar de este status especial, aunque es muy dudoso que con los actuales presupuestos, la Comunidad pudiera permitirse el lujo de la aparición de nuevos Consejos Comarcales; lo que constituye de facto una situación de privilegio.

Podríamos seguir, mencionando otro tipo de planes, estos del gobierno central, que llegaron a contemplar actuaciones en el oeste de Castilla y León pero que únicamente dejaron su impronta inversora en la ciudad de León en forma de un moderno instituto, el INTECO, hoy destinado a la ciberseguridad. Se cumplió el objetivo, que no era otro que buscar una fórmula legal para beneficiar a León, y el resto del Oeste se quedó al margen de cualquier otra inversión.

Pasan los años y siguen las mentiras y las manipulaciones con las que, -no nos engañemos-, se intenta hacer sonar la caja una vez más. La falta de empatía del alcalde de León, con las demás provincias de la comunidad es impropia de un cargo público, más si es de izquierdas.  Su falta de escrúpulos democráticos al involucrar en su estrategia a provincias a las que ni siquiera ha tenido la deferencia o cortesía de consultar, un presagio del autoritarismo que reside en los populistas.

Hoy más que nunca, frente al ruido, la sociedad necesita un análisis serio para efectuar un correcto diagnóstico de la difícil situación que afecta a la comunidad. Del estudio riguroso, y no de la demagogia, vendrán las soluciones para la ciudad de León y para el resto de Castilla. Nos conviene no equivocarnos.

Por: La Asociación Foro Castellano 23 de Abril (Salamanca)

9 comentarios en «El populismo leonés»

  1. Queréis meter a Salamanca y Zamora en Castilla. Hay que reconoceros que tenéis arte para manipular, Foro Castellano, pero siento deciros que si la Región de León no existe pues Castilla tampoco, oficialmente sois «castellanos y leoneses», oficiosamente: Salamanca y Zamora son León.
    Os recuerdo que los leoneses somos «españoles y muy españoles» (los leonesistas también), somos cuna de España, junto con otras «regiones históricas» como Castilla, Aragón, Navarra, Granada y el resto que no están en la bandera.
    Y ya no se trata solo de Historia, cultura y tradiciones, se trata de reparto desigual de dinero público entre territorios, de no tener peso político, de ser la región con peor «renta per capita», más despoblación, peor industria, donantes de agua, recursos minerales y energía, de masacre en la industria minera con fondos europeos que Valladolid malgastó en otros fines distintos, de un sector primario que le sigue de cerca a la minería.
    Somos la España olvidada sin poder de decisión, con políticos dirigidos desde Madrid y Valladolid, que no os dais cuenta que el enemigo no es León sino los partidos nacionales que le hacen la ola a regiones con peso político del que sacan buena cuenta con partidos nacionales como PP y PSOE, que siempre les han necesitado cuando no había mayoría absoluta. Esas regiones ricas, caprichosas y malcriadas cada vez quieren más, dándoles igual las regiones pobres. Han sabido jugar al juego de la democracia donde ser «llave» es el «quid de la cuestión».
    Estáis más ciegos que el del «Lazarillo de Tormes», queréis cubrirnos de un halo independentista y somos todo lo contrario, queremos que España se acuerde de nosotros, lo estamos pidiendo a gritos: España, León es tu abuelo, un poco de cariño, no quieras solo a tu abuela Castilla.
    Si Castilla tuviera el mismo amor propio que León, estaría luchando por ser oída por España y las provincias castellanas estarían poniendo a Valladolid en su sitio, que a esas provincias Valladolid también las ha esquilmado.

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    • En Zamora y Salamanca siempre se han identificado con Castilla, nadie las quiere meter en ningún sitio, la realidad es la que es.

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  2. León, Zamora y Salamanca en 37 años han perdido casi 150.000 habitantes. A la cola de todos los índices económicos y con la sufrida carga de un centralismo económico asfixiante que nos hace empobrecernos. Un centralismo que desde siempre la oligarquía de Valladolid quiso y en 1983 se plasmó con todo el catastrófico resultado que conocemos.

    Salamanca forma parte de ese noroeste ibérico en transición a la Extremadura. Esa tierra vertebrada por la ruta de la plata. Esta tierra negada por el centralismo y las razones de estado. De ese populismo del que no habláis de esas posturas de «la unión hace la fuerza» cuando no es más que la suma para que no se haga más que una merma de nuestros recursos.

    La única salida para Salamanca es tener peso político, en la autonomía leonesa. No ser cola de un macroterritorio como es Castilla y León, una cc.aa diversa, ingobernable, y sin ningún futuro que el caciquismo.

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  3. Lo único que esta claro es que hay muchos interesados en qué está comunidad de mierda no se deshaga, los castellanos deberían empezar a preocuparse por ellos mismos, estoy convencido de que las provincias como Soria. Ávila o Segovia, les iría mejor, este monstruo de comunidad sólo ha echo que emfentrar a Castilla y a león, tapando continúa mente la cultura y la historia del reino de León. Y malgastando y esquilmando sus recursos, también con los fondos miner. Que se han malgastado en otros sitios menos en las cuencas. O el agua de riaño que debía regar el sur de León, cea, Sahagún etc y a día de hoy sigue en precario. Podía seguír con Zamora y Salamanca, pero no tengo tiempo ni ganas. Eso lo sabemos todos. Vasta ya, es la última oportunidad, región Leonesa ya.

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