“A los españoles nos quieren, somos currantes y echados para adelante”

Marta Lorenzo Ballesteros estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y ahora trabaja en Londres en la empresa Red Sift, como diseñadora gráfica
Marta Lorenzo Ballesteros estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y trabaja como diseñadora gráfica en Londres, en Red Sift.
Marta Lorenzo Ballesteros estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y trabaja como diseñadora gráfica en Londres, en Red Sift.

La Universidad de Salamanca y La Crónica de Salamanca inician una serie de entrevistas y reportajes a egresados que se han formado en las aulas del Estudio Salmantina y están trabajando fuera de nuestro país

Marta Lorenzo Ballesteros se siente afortunada porque ha estudiado lo que ha querido, Bellas Artes, y ahora trabaja de diseñadora gráfica en una empresa de Londres, Red Sift, en la que se siente muy valorada y donde la dejan crecer.

“Estudias Bellas Artes por vocación. Durante la carrera conocí a muchas personas estupendas, más que competitivos, éramos colaborativas”. No obstante, Marta asegura que incluiría, una vez que ha ingresado en el mercado laboral, lo mismo que ha visto en Inglaterra. “Desde el primer o segundo año en la Universidad, no están solo estudiando, también hacen prácticas en empresas, por lo que cuando salen ya están preparados o han tenido experiencias profesionales”, puntualiza Marta Lorenzo Ballesteros.

¿Te ha servido la parte teórica para encontrar trabajo?
En España, damos las teorías, hay más cortina de humos. Si eres espabilado te buscas la vida, pero por lo general esas oportunidades no te surgen de manera tan natural como en otros países.

Marta Lozano Ballesteros estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y trabaja como diseñadora gráfica en Londres, en Red Sift.
Marta Lorenzo Ballesteros estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y trabaja como diseñadora gráfica en Londres, en Red Sift.

El año que Marta estudió Bellas Artes en Salamanca fue el cambio de Licenciatura a Grado, muchas personas venían sin prueba de Bachillerato de Arte, como fue su caso, y empezó desde cero. “Siempre se quedaba un poquito corto (la licenciatura eran 5 años). Empezabas a utilizar los materiales y cuando querías llegar a conceptualización y vida real, como que te faltaba un año”.

Ese año que echa de menos Marta, muchos se decantaron por estudiar un Máster y “a lo mejor, solo era cuestión de optimizar el tiempo, porque la temática estaba ahí”.

¿Con qué te quedas de tus años en la Universidad?
Con la experiencia del Erasmus, en Nápoles, Italia. Estuvo muy bien, porque era la cuna del arte, daban los conceptos de otra manera. El arte en Italia se concibe de manera totalmente distinta que en España. Aquí, hay tendencias y, más o menos tienes tu concepto, las defiendes, pero en Italia te sacaban fruto fueras como fueras. Todavía me duran las experiencias que tuve como Erasmus en Italia para trabajar en Londres.

Después de cursar un Máster en la Usal le ayudó mucho la coordinadora del mismo, María Sortino. “Es italiana. Me animó a que probara a irme a Roma al dominar ya el italiano. En Roma trabajé con un arquitecto, con el que aprendí un montón”.

El siguiente destino fue Londres. En la capital inglesa comenzó como camarera y después de tres meses encontró las primeras prácticas de diseño gráfico, -aunque su formación es en diseño de interiores-. “Aquí todo es bastante competitivo y una vez que tienes la base, te dejan crecer. Estoy contenta en este sentido aunque no era lo que esperaba hacer en un principio”.

Marta Lorenzo Ballesteros , en Brighton.

¿Valoran la formación académica que tenemos los españoles?
Creo que sí. Somos bastante competitivos, como mentalidad, como manera de trabajar. Hemos aprendido a sacarnos las castañas del fuego, no te lo dan todo tan machacado como en otras universidades. A los españoles, al menos donde trabajo yo, se nos quiere mucho. Somos currantes, echados para adelante, no nos callamos, no protestamos por los horarios,… Mis jefes están contentos con los españoles. Ahora, soy la única que estoy aquí, pero han abierto una sede en Barcelona, buscan el modelo de trabajadores”.

Trabaja en una startup y hacen ciber seguridad, lo que intentan es tener un modelo único para todo el mundo, no solo para las grandes empresas que puedan tener mucho dinero y pagar la seguridad. Diseñan un sistema al que sería muy difícil acceder, “porque ahora desde un correo electrónico te pueden hacer un fraude. Ofrecen un producto que es fácil de entender por todos, no solo por programadores. Mi trabajo consiste en coordinarme con los programadores. Ellos crean muchas funciones que no entiende el común de los mortales, yo me siento con ellos y la hacemos más intuitivo, que se entienda mejor y cualquier persona pueda utilizar los sistemas que diseñamos”.

¡Qué interesante!
Sí, está divertido. Al principio, es un poco complicado, pero luego te acostumbras. Mi jefe está contento por la relación que hemos establecido los programadores y yo, porque ellos a veces no se dan cuenta de que son muy técnicos y no se ponen en la piel de una persona que no tenga sus conocimientos. Yo le digo: ‘Explícamelo más despacio que no me entero’. (Risas)

¿Con cuántas nacionalidades trabajas?
Un montón. Mis jefes no son europeos, uno es de Brasil y el otro de la India. Tengo compañeros que son de Filipinas, ingleses, brasileños, irlandeses, Turquía,… Últimamente están contratando a personas británicas.

Marta Lorenzo -segunda por la derecha, con sus compañeros de trabajo.

¿Tiene que ver con el Brexit?
No lo sé. Al principio éramos más internacionales, ahora las últimas nueve o diez personas que han entrado a trabajar son inglesas.

¿Te va a afectar el Brexit?
Espero que no mucho. He rellenado unos papeles y teniéndolos reservas todos tus derechos. Lo que pasaría es que después de que trascurridos cinco años, yo ya llevó aquí casi cuatro, tendría que pedir el permiso de ciudadanía. A partir del año que viene puede que cambien las cosas, quizá haya más restricciones, pero por ahora no he notado el cambio. Teóricamente estoy cubierta.

¿Tienes posibilidades de volver?
Lo pienso y creo que sí. Echo de menos mi casa. Estoy muy cómoda aquí y es verdad que ahora no volvería, porque hablo con mis compañeros y veo que la situación está más complicada. Aunque dentro del arte, el diseño, en Madrid hay cositas, pero de volver sería, o con esta empresa, que trabajan con la mentalidad de aquí, o ganando más experiencia para asegurarme de que puedo seguir avanzando.

¿Qué te traerías a España si volvieras?
La mentalidad que hay aquí. Aunque seas joven y acabas de salir de la Universidad eres tan válido como el que lleva mucho tiempo. Tienes energía, estás dándole valor a la compañía. La manera de trabajar aquí me gusta mucho. Ellos te entrenan, te hacen crecer, te ayudan. Tienes que competir para hacer un mejor trabajo, pero hay mucho compañerismo. Tus compañeros te ayudan a crecer y tú a ellos. Es un modelo que estaría bien.

Marta desterraría el eterno sistema de becario que tenemos en España de: ‘porque eres joven no te voy a pagar’ y empiezas a cobrar a los 30 años. “Si te valoran desde que comienzas, la gente se quedará más”.

También anima a “no tener miedo a la tecnología. La costumbre marca un poco las ganas de innovar en algunos sectores. Llevaría los Métodos Agile, Canvan, los sistemas de entrenamientos y evolución personal, con los que trabajamos aquí”.

Y, ¿a la Universidad de Salamanca?
La haría más práctica y más realista, para que al salir al mercado laboral no dijera: ‘Y ahora, ¿qué?’ Para que tengamos los ojos abiertos y nos orientaran. Quizá Medicina o Enfermería lo tienen. Pueden ver un poco el mundo real y la que se le avecina.

¿Qué echas de menos?
La gente, la cultura, el sol, los horarios, la manera de vivir, que como en España no se vive en ningún lado.

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