La desaceleración de la economía de Castilla y León hizo que el crecimiento se frenara hasta el 2,2 por ciento durante 2019, lo que supone siete décimas menos que un año antes y un avance similar al registrado en 2016 y 2017, si bien es muy inferior al 3,5 por ciento alcanzado en el inicio de la recuperación en 2015. Este escenario se produjo después de que empeorara a medida que avanzaba el ejercicio pasado, una tendencia que se mantendrá en 2020.
El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, compareció este lunes para informar de los datos de la Contabilidad Regional correspondientes al cuarto trimestre de 2019, cuando la economía creció un 1,9 por ciento, frente al 2,6, 2,4 y dos por ciento de los tres primeros trimestres del pasado año. De esta forma, la variación intertrimestral al final del ejercicio se situó en el 0,2 por ciento.
En ese sentido, Fernández Carriedo remarcó que el crecimiento del 2,2 por ciento en 2019 indica que la economía avanza con una tasa “relevante”, ya que se situó todavía por encima del dos por ciento, pero inferior a la de un año antes cuando se situó en el 2,9 por ciento. “Castilla y León sigue creciendo a un ritmo razonable, pero mucho menor”, dijo el consejero.
Asimismo, el titular de Economía y Hacienda remarcó que el deterioro de la economía se acentuó a medida que avanzó 2019 y advirtió de que en año y medio el crecimiento ha pasado del 3,5 por ciento registrado a mitad de 2018 al 1,9 por ciento, que se registró al final del pasado ejercicio. Esto, indicó Fernández Carriedo, ha llevado a la Junta a prever un crecimiento para 2020 del 1,6 por ciento, como estima el Gobierno central.
Este porcentaje, añadió el consejero, es “coherente” con la desaceleración que la economía manifiesta en su opinión trimestre a trimestre. Así, recordó, lo recoge el techo de gasto previsto para este año sin que por el momento la Junta pueda calcular el impacto del coronavirus, aunque admitió que sus efectos podrían dejarse notar en una economía “muy global” y con flujos comerciales internacionales, aunque valoró que la Comunidad no es un destino turístico de “sol y playa”.
No obstante, Fernández Carriedo consideró que la recesión está “lejos” aunque el crecimiento cada año sea inferior en la Comunidad, si bien recalcó que la desaceleración tiene consecuencias para la vida diaria de la gente. Además, precisó que se seguirá creando empleo este año, con un incremento estimado del 0,8 por ciento, lo que dejará previsiblemente la tasa de paro en el 10,8 por ciento cuando acabe el ejercicio.
Medidas económicas
El consejero de Economía y Hacienda apostó por medidas que favorezcan la competitividad, como la reducción de la carga fiscal, para hacer frente al menor crecimiento económico. Así, destacó que mientras la Junta pretende la práctica eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que se aprobará en las próximas semanas, el Gobierno ha anunciado subidas impositivas, lo que recalcó tendrá un impacto negativo.
De hecho, destacó que el Ejecutivo de la Comunidad también rebajó un 2,5 por ciento el precio del suelo industrial, tienen en marcha un plan de crecimiento empresarial y pretende fortalecer el Diálogo Social. Por ello, advirtió de que la estabilidad, la seguridad y la ausencia de incertidumbre ayudan a impulsar el crecimiento, mientras que las subidas de impuestos pueden contraer la demanda interna y el consumo.
Mala cosecha y fin del carbón
La mala cosecha de 2019 y el final de la minería del carbón, así como el cierre de las térmicas, que finalizaron su actividad, fueron las principales causas que según el consejero de Economía y Hacienda frenaron el crecimiento económico, hasta situarlo en el 2,2 por ciento. De hecho el sector primer anotó una caída del 3,9 por ciento, frente al incremento del 12,1 por ciento de 2018, si bien no tuvo mucho impacto sobre el empleo.
También la rama de productos energéticos registraron una contracción del 15,6 por ciento, tanto por el cierre de las minas de carbón, como por la situación de las térmicas, lo que contrasta con el aumento de los productos industriales, que avanzaron un dos por ciento.
Fernández Carriedo explicó que durante 2018 se registró producción minera de carbón en Castilla y León, una actividad que desapareció en 2019, si bien el empleo ya se había perdido antes del pasado año. Esto, dijo el consejero, explica que a pesar de que hubiera un menor crecimiento, el empleo aumentara un 1,3 por ciento, tres décimas más que en 2018.