Entre el amplio abanico de profesionales del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) se incluyen los expertos del Servicio de Dermatología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, una unidad de gran tradición y de carácter pionero dentro de la especialidad en España. Hoy en día la apuesta por la investigación de enfermedades cutáneas como la psoriasis o el cáncer de piel y la tecnología más avanzada para los tratamientos marca el día a día de un servicio que siempre tiene como objetivo la mejora de la calidad de vida de los pacientes
BSAL/DICYT . “Nada es más satisfactorio que ver que un paciente va bien, que deja de venir a tu consulta y cuando lo encuentras en la calle ves que su calidad de vida ha cambiado completamente”, afirma Concepción Román Curto, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca. Dentro del IBSAL, son el grupo de Dermatopatología Tumoral e Inflamatoria, enmarcado en el Área de Enfermedades Infecciosas, Inflamatorias y Metabólicas.
Una larga trayectoria avala a “uno de los servicios de dermatología más antiguos del país”, asegura. “Nosotros vemos al paciente desde el punto de vista clínico, hacemos biopsias si son pertinentes para llegar al diagnóstico, las analizamos y, si se trata de patología tumoral, también operamos a nuestros pacientes, con lo cual, participamos en todo el proceso”, destaca.
La tradición de este servicio es heredera del catedrático Miguel Armijo, uno de los mayores expertos en su época. “Él introdujo la cirugía en dermatología en los años 70 y ahora se hace en casi todos los sitios, pero nuestro servicio sigue destacando. Contamos con especialistas excepcionales en cirugía”, asegura.
Esa experiencia es muy valorada por los médicos en formación. “Creo que es muy importante saber manejar quirúrgicamente la patología que diagnosticamos en consulta, por eso elegí Salamanca aunque vengo de Girona”, comenta Álex Viñolas, residente de Dermatología . De hecho, “es uno de los puntos esenciales para un dermatólogo del siglo XXI”, añade.
Investigación en psoriasis y cáncer de piel
En el ámbito de la investigación, el equipo es muy activo en el estudio de la psoriasis, enfermedad inflamatoria crónica de la piel que en la que aparecen lesiones rojizas escamosas. “Sabemos que es una enfermedad prevalente que afecta a personas de todas las edades, también a gente joven, y que tiene un impacto tremendo en la calidad de vida de los pacientes. Por un lado, tenemos ensayos clínicos para ver la eficacia y seguridad de nuevos fármacos biológicos y, por otro, estamos haciendo ensayos clínicos orientados a valorar el impacto que tiene en la calidad de vida los pacientes la psoriasis”, apunta la jefa del Servicio.
El cáncer de piel es otro campo de la investigación científica fundamental. “Tenemos que tener en cuenta que nosotros estamos en una región con una población muy envejecida, en la que el cáncer cutáneo es prevalente. En este momento, estamos desarrollando proyectos de investigación regionales, nacionales e internacionales, siempre orientados mejorar la calidad de vida de los pacientes de esta zona”, señala Concepción Román.
“Identificamos grupos de pacientes que tienen más riesgo de sufrir recaídas en la evolución de un tipo de cáncer de piel, el carcinoma epidermoide cutáneo”, señala Javier Cañueto, dermatólogo del servicio e investigador. En este ámbito, colaboran con otra parte del IBSAL, los laboratorios del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) que dirigen Jesús Pérez Losada y Alberto Orfao. En concreto, “queremos determinar cuáles son los pacientes que van a responder mejor a tratamientos de inmunoterapia para melanoma y otras formas de cáncer de piel”.
Por otra parte, el servicio mantiene colaboraciones con otros centros de investigación nacionales y participa en un consorcio internacional para el pronóstico del cáncer cutáneo. Además, trabaja en “el mapeo del cáncer cutáneo en Castilla y León”.
Tecnología para terapias
Por otra parte, hoy en día muchas terapias relacionadas con la dermatología dependen de los avances tecnológicos, así que el Servicio de Dermatología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca cuenta con ellos, como centro de referencia para Castilla y León.
“Contamos con un láser para el tratamiento de lesiones vasculares. Prestamos servicio a nuestra región en el tratamiento de bebés, niños y adultos que presentan este tipo de lesiones que, generalmente, vienen de nacimiento. Cuanto antes se empiecen a tratar, mucho mejor”, asegura Mónica Roncero, dermatóloga e investigadora. Además, “un láser de CO2 nos permite lograr una gran precisión a la hora de tratar lesiones precancerosas o incluso algún pequeño tumor. Esta tecnología consigue una cicatrización mucho más rápida”, señala la experta.
El servicio también cuenta con método de diagnóstico y de seguimiento de los pacientes que tienen un gran número de lunares, más de 50 e incluso más de 100 en algunos casos. Se trata de un hardware y un software que sirven para seguir la evolución de estos puntos al detalle. “Nos permite comparar fotografías antiguas con la imagen del presente y ver si un lunar ha cambiado de tamaño, de color o de disposición”, explica Roncero. Así, los dermatólogos pueden controlar si los pacientes desarrollan una lesión maligna que sea necesario extirpar.
Asimismo, también se pueden tratar las lesiones precancerosas con una lámpara de fototerapia. “La utilizamos en pacientes que han estado muy expuestos a la luz solar, como agricultores y ganaderos, que sufren daños en la piel, sobre todo en el cuero cabelludo. Se trata de dar una crema que fotosensibiliza y luego aplicamos esta luz roja”, apunta la experta.
Por último, la máquina de rayos UVA se emplea para usos terapéuticos muy diversos, ya que mejora algunas patologías, incluidas la psoriasis y algunos tipos de picores.