La gran tala de árboles se está produciendo en una de las principales masas de árboles que había en la ciudad, junto a la avenida de Ignacio Ellacuría, en la zona donde se van a poner los huertos ecológicos.
«Curiosa forma esta de defender la Naturaleza, talando una cantidad importante de árboles, no menos de docientos, algunos de ellos de gran porte y de diversas especies (chopos, fresnos, nogales, almendros, etc) que ocupaban una extensión de unas 3,5 hectáreas», puntualizan desde el Comité Antinuclear y Ecologista.
Lamentablemente existen muchos espacios desarbolados en la ciudad, también al lado de los terrenos de los que estamos hablando, en los que se podrían instalar los huertos. «Por lo tanto no podemos justificar este descalabro para dedicarlo a huertos «ecológicos», apuntan.
En menos de dos días ha desaparecido esta masa forestal que se encontraba en estado seminatural, refugio de numerosos pájaros algunos de gran interés teniendo en cuenta que estaba en el casco urbano. Entre otras especies anidaban o frecuentaban este lugar la oropéndola, el picapinos mayor, el abejaruco, el ruiseñor, el cernícalo y el águila calzada (quizá la última pareja que anida en la ciudad).
«El plan Tormes-plus no deja de ser un plan, otro más, para seguir urbanizando aquello que se debería conservar sin urbanizar, que habría que dejar en un estado natural o al menos seminatural, con mínimas intervenciones, pues está demostrada la necesidad de conservar estas pequeñas islas seminaturales en las ciudades», denuncian.
Desde el comité señalan que en otras ciudades, se están acometiendo cuantiosas inversiones para revertir zonas urbanas en espacios naturales pero aquí vamos todavía en la dirección contraría y se preguntan: «¿por cuánto tiempo? ¿No debería replantearse el Ayuntamiento todas sus políticas principalmente las que tengan consecuencias medioambientales para adecuarlas a la Emergencia Climática que ha declarado él mismo?».
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