[dropcap]E[/dropcap]l confinamiento hace que tengamos que estar en casa, quizá sea momento de ver esa serie, leer ese libro, jugar o conversar con los más cercanos, que la vida diaria a veces nos resta de disfrutar de estos placeres.
Seguramente, estos días, veremos muestras de solidaridad, como la de los estudiantes de medicina, la espontaneidad de unos niños que enseñan los dibujos que están haciendo durante el confinamiento, la empatía de toda Salamanca al aplaudir a los profesionales de la Sanidad Pública o gestos más cercanos, como el que han tenido unos vecinos con otros al colgar en el ascensor y en el portal un mensaje en el que se puede leer que se comparten libros.
Los vecinos bajan a tirar la basura, a comprar el pan y otros víveres necesarios, incluso algunos tienen que salir de sus domicilios porque deben acudir a su trabajo.